capitulo 31 la desesperación

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Jueves, 5ta semana del secuestro

Miguel se levanta temprano para como todos los días ir a trabajar. Esta vez se siente con gusto y animo, porque está cerca del final. El señor Tamburri es confiable, ha sido cumplidor con el dinero, no podría haber una desilusión. El ánimo está bien pero el miedo a que algo salga mal y todo se descubra siempre se asoma un poco.

El agua caliente de la ducha, llena de vapor el baño. Frente a su reflejo en el espejo, dibuja con el dedo el signo "$" en el lugar de sus ojos y una gran sonrisa sobre su boca.
Al abrir el agua fría el vapor va desapareciendo junto con el dibujo.
La ducha es lo único que se escucha en la casa.
Al terminar el baño, limpia con la toalla el espejo y se da una gran afeitada. La maquinita de afeitar golpea la piletita y la espuma va en bajada hacia el centro de la pileta.
L a mañana está tranquila. Sale con la toalla encima y se cambia en el living. Nunca se viste en la habitación para no despertar a Rosita. Igualmente ella no se preocupa mucho en levantarse, sabe que su marido es auto suficiente, no necesita que ella le prepare la ducha, la ropa, ni el desayuno.

La pava esta por hervir, se prepara un té de boldo que toma en pocos sorbos y sale.
El día se siente frío, pero hay sol.

Antes de llegar, llama al sueco por las dudas, esté le avisa que está todo bien para su arribo. Ya, frente al portón de madera, este sale en sus bermudas características a abrirle para que entre con el auto.

Ya tienen más confianza entre ambos. El mostacho ya no le parece tan extraño, hasta se saludan con un beso en la mejilla.

Toman unos mates en el desayunador de la cocina. A Miguel no le agradan los mates hechos de pezuña de vaca, le produce una sensación fea al tocar los pelos y la pezuña mientras chupa la bombilla, a parte, esos mates son interminables porque son inmensos, pero como todo extranjero, el sueco tiene uno de estos con la bandera argentina grabada y pintada.

_ Bueno me voy al banco como acordamos, solo tardare 2hs mas tardar, igual estaremos en contacto.

_ Si hombre, no hay problema, valla nomas.

_Estaré al medio día para hacerle de comer a esos dos ahí abajo.

_Ok, los tendré vigilados.

_Por ahora no hay de qué preocuparse, les di agua antes que llegues y los lleve al baño.

El tiempo pasa, Miguel se adueña del control remoto y sigue tomando mate en la gran pezuña.
Se mira una película completa, ya han pasado más de dos horas y piensa por dentro "mostachos locos, ya tendría que estar acá". Se empieza a impacientar y no se puede concentrar en la televisión. Se levanta varias veces del sillón a observar por la ventana. Presiente que algo malo esta por suceder. Cruza el living, se dirige hacia la puerta interna que da al garaje, esta, tiene echada la llave, el sueco la ha cerrado desde el otro lado. Vuelve y se pone a revisar nervioso los muebles y los porta llaveros de las puertas. Junto a unos porta retratos, en el mueble marrón al costado de la televisión, encuentra un manojo de llaves y un cofre de madera, donde encontró un arma que se calzó en la cintura. La cuarta llave, dio con la cerradura y pudo abrir la puerta del garaje. La tapa del sótano está al lado de su vehículo, la mira y duda en abrirla. Empieza a desconfiar de Cláudio, del sueco y de todos. Piensa... "¿Me habrán hecho una trampa? ""¿Quién querría que me encuentren en esta casa con los ex represores?"
_Alguien que no quiere pagar mis servicios hasta ahora_ Piensa en vos alta.
Por dentro vuelve a pensar que no podría ser, es obvio que si lo atrapan hablaría, acá está pasando otra cosa.
Antes de correr la tapa y bajar al sótano, llama por tercera vez al sueco, pero nadie contesta.
Baja los escalones, a la mitad de la escalera encuentra la perilla y enciende la luz y ahí los ve.
Ambos escucharon los pasos y giraron sus cabezas hacia él, aunque no lo pueden ver.
El sótano se encuentra limpio, no hay nada más que las dos sillas con sus ocupantes.
Hace rato que tendrían que haber comido algo.
No entiende que ha pasado con Cláudio y el sueco. En ese momento, se da cuenta que no había pensado en algo ¿Lo habrían atrapado? Se culpa por no pensar antes esa posibilidad. Tendría que salir corriendo ya de esa casa, pero ¿Si solo es un percance y se iría abandonando todo? ¿Qué pasaría? Arruinaría el plan y no recibiría la paga.

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