capítulo 11 .. el otro

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Miguel escucho esas dos palabritas serias, muy serias, pero no entiende donde van enganchado los vagones en el tren.
Bebió lo último de su americano pensando que su emisor pronunciaría algo más para entender o adivinar una correlación.

_ ¿No entendió? Hay otro, otro secuestrado.

Miguel con los ojos como dos huevos y sin poder tragar el café que le quedo en la garganta, cogotea para que el líquido encuentre por donde seguir.

_ ¡No lo puedo creer! ¡Pero en las noticias solo hablan de Agostini!

_ Si, si, es que fue hace poco y los medios lo están ocultando, no quieren armar revuelo y que cunda el pánico entre los otros ex represores.

_ ¡¿Pero cómo es eso posible?!

_ Porque el secuestro fue ayer a la noche, en este momento las autoridades estarán evaluando y buscaran relaciones con Orlando Agostini.

_ ¡Por favor! ¡Yo no doy más con esto, la paga es muy buena, pero otro cautivo es demasiado! ¡No es lo que habíamos arreglado!

_Habla más bajo por favor, en ningún momento me referí a usted en este otro asunto. Ya tenemos gente para este, excepto que cometamos los mismos errores que con Agostini, pero no va ser así, porque aprendimos de ese.

_ No quiero ni imaginar quien es el desgraciado.

_Astiza, Ignacio Astiza.

_ ¡No! ¡No me digas! ¡Ustedes son increíbles y pelotudos a la vez! ¡No van a poder lidiar con todo esto, es muy peligroso! Esta gente no es cualquiera ¡Es Astiza por dios! ya con Agostini nos estamos jugando la cabeza ¿Tienen pensado vengarse de algún otro hijo de puta?

_ Quisiéramos de todos pero no hay más presupuesto, hasta este, alcanza.
Me reuní en Suecia con Lindberg padre de Angélica secuestrada y desaparecida por Astiza, está todo planeado con años de antelación, todo va a salir bien.

_ Vas a estar metido en ese otro asunto y nuestro secuestrado necesita un par de cosas ¿Qué hará con mi petición?

_ ya tenemos gente para ese otro caso. En reemplazo del flaco te voy a mandar alguien involucrado en el otro secuestro, es un muchacho joven. Lo del médico lo voy a charlar con Lindberg, desconozco a alguien de confianza en medicina, seguro el nos ayudara, tiene muchos contactos.
No hace falta que te diga que no menciones el nombre de Lindberg dentro de la mansión Seré, complicaría mucho las cosas. Tendríamos que matar a Agostini.

_ ¿Tú crees?

_ Y... son órdenes de él, financio el 80% de la operación, logística, investigaciones, tramites, viajes y demás.

_ ¡Dios! ¿En qué lío me metí? ¡Esto es una escuela de secuestradores!

_No se preocupes, vamos a mantener los dos casos paralelamente.

_ ¿Y con la fecha de finalización?

_Mientras más rápido sea todo, mejor. Estos son personajes nefastos pero importantes, por ende muy difícil de mantener en cautiverio, es como remover un hormiguero gigante.
Lo vamos hacer sufrir, no creo que podamos pasar tres semanas, luego lo soltaremos, pero todo lo que le hiciste al desgraciado alcanza. Con eso culminaría la venganza. Obvio que no lo mataremos aunque lo deseemos, no nos convertiremos en uno de ellos, pero ellos no lo tienen que saber, ese es el juego. Jugar con sus miedos, con sus remordimientos, arrepentimientos, su rendición ante un civil a quienes ellos suponen un ser inferior, que el orgullo y el ego se lo tengan que meter en el culo. ¿Entiendes? su súplica y la de su familia, como la mía lo hizo. Su entorno afuera tiene que sentir el miedo de perder a un ser amado, sentir el asco de imaginarse todas las cosas que le estarán haciendo, como así lo hizo mi entorno y mi familia. No poder dormir noches y noches, prenderles velas a todos los santos existentes en este planeta, que la incertidumbre les llene el cerebro y el pecho y revienten en llanto y escalofríos como padecieron mis padres, hasta llegar al punto de la muerte de ese ser, que obvio no pasara.

La Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora