capitulo 26 vecino curioso

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_Vos todavía no bajes_ Pronuncia el sueco, en un notable castellano_ Yo me encargaré acá abajo.

Miguel levanta el pulgar haciéndole un ok y lo observa bajar, se lo imaginó tal cual Cláudio se lo describió.

El sueco se pierde a medida que desciende.
Mientras tanto, arriba, el otro, se entretiene mirando alrededor, todo está muy limpio y ordenado. Hay una puerta abierta a su derecha, se ve un living muy brilloso, bonito.

El sueco sube. Se seca la transpiración de los mostachos con la palma de la mano peinándolos hacia abajo.

_Hace calor allá abajo ¡eh! Enseguida va a llegar Tamburri con Martín.

_Si, si,  ya se_  Dice el sueco haciéndole señas,  invitándolo a cruzar la puerta de la derecha.

El living esta dividido con la cocina por una mampara inmensa de maderitas angostas entrecruzadas  formando pequeños cuadraditos. Entre ellos, se lo puede ver al sueco  abriendo la heladera, sacando una jarra de vidrio con agua helada que le alcanza en un vaso a Miguel.
Después de beberla, se frota el vaso frío por la frente para calmar el calor.

_Te podes mudar esa ropa sucia en ese cuarto_ Le dice el sueco, señalando una puerta.

_ Ok, voy a buscar la ropa limpia a la camioneta.

*** ***

Hay pistas nuevas,  una de estás viene de Ituzaingo, un vecino dice haber visto movimientos sospechosos dentro de la mansión Seré. Veracruz se sorprendió muchísimo al escuchar esto, tantos años de experiencia  que lo llevaron a ocupar el lugar donde se encuentra hoy y jamás se le pasó por la cabeza esa maldita idea. Después de varios fracasos, esta pista le vuelve las esperanzas. Tiene una gran corazonada y manda a Gutiérrez a hablar con el vecino.

Este es un anciano metalúrgico jubilado de 80 años. Su señora lo acompaña sentada junto a la mesa redonda en el patio de la casa. Como todo viejo, el octogenario viste bermuda, sandalias y medias tres cuarto. Tiene puesto sus lentes bifocales, lo único moderno que acepta usar.

El periódico está junto al mate frente a el.

Luego de la presentación y el saludo formal  el agente Rodríguez dice:

_Y bueno buen hombre, cuénteme lo que vio.

_ Desde que pasaron muchas cosa malas ahí, ese caserón antiguo está abandonado ¿Vio?, lo dejaron a merced del tiempo y el olvido ¿Usted sabe lo que sucedió ahí, no hijo?

_Sí señor, lo he escuchado y leído en algún momento.
Rodríguez quiere mucho a sus abuelos y a diferencias de otros nietos, él los visita seguido, es por eso que se sube el pantalón desde las rodillas y se acomoda mejor en la silla, invitando a su paciencia a sentarse también. Sabe que el anciano se va a extender transformando su testimonio en un relato.

_Ahí quedaron almas hijo... almas de gente inocentes, luchadoras que  todavía gritan justicia.

Con mi esposa hemos escuchado todo tipo de ruidos, lo podríamos poner en el rubro de fantasmales, ruidos inexplicables e inentendibles dentro de esa mansión,  pero hace días escuchamos ruidos descifrables, voces, alguien enojado, una discusión ¿Me entiende? Yo se que a veces es habitada por jóvenes o pordioseros, los hemos escuchado a ellos también, por eso le digo que esas voces no eran de ninguno de ellos.

Empecé a prestar más atención, usted sabe, a mi edad no se pueden hacer muchas actividades, mi rutina es sentarme aquí todas las mañanas, a la tarde estoy dentro de casa y luego antes de acostarme salgo de nuevo.
Y bueno, unos hombres salieron de ahí adentro.
Rodríguez apoya los codos en sus rodillas, estirando el cuerpo hacia adelante para escucharlo mejor.

_ ¿Cómo eran esas personas que usted vio salir?

_Bueno, salir... salir no los vi. Estaban parados frente al portón y se fueron con un carro de jardinero. Presumo que estaban dentro porque, como ve, se ve perfectamente desde acá y juro por los años que me quedan, que esos dos no venían caminado desde más atrás, si fuera así, los tendría que haber visto antes de sentarme  en la silla. Al otro día fuimos a comprar con mi mujer y pasamos por ahí, note por los agujeros de la lona verde del portón que el césped está muy descuidado, se nota que nadie lo ha cortado en años.

_Bien señor, lo que usted advirtió y me está diciendo es importante. A estas alturas todo es importante. Yo me dirigiré a mi superior, no se preocupe si ve gente en frente, estaremos investigando ¿bien?
Seguro hablara también con mi superior  para algunos detalles más, él le dirá si necesitara custodia en su casa.

La Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora