capitulo 7

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Dentro de la comisaria, la mujer del interrogado llega con algunas prendas y zapatillas para él.

Oscar Veracruz lee el expediente de pantera, no cree que él haya secuestrado a Orlando, tuvo un solo intento de secuestro que salió fallido y terminó encerrado, aunque tiene varios robos de autos y camiones. Estuvo más tiempo encerrado que en libertad. Igualmente lo sigue interrogando, le quiere sacar verdad por mentira.

Cristián Naranjo se encuentra sentado y esposado en una silla de madera. Está confuso, no sabe nada con respecto del secuestro, pero sabe muy bien que estuvo fanfarroneando con eso con quienes lo creen un perdedor en la villa.

Obviamente está arrepentido de esa tontería, se lo grita y se lo llora en la cara a Veracruz. Este lo sabe, pero cualquier información que largue Cristián en este estado, le servirá para tratar de resolver el caso.

Pantera asustado larga lágrimas por doquier. Es amenazado con abrirse algunas de sus causas y volver a prisión si no colabora. Al pobre tipo se le cruzan montones de nombres por la cabeza. Las víctimas de su mentira seran amigos y conocidos, aunque sea a uno de ellos tendrá que sacrificar para zafar. Engloba en su mente solo nombres de conocidos, así tendría menos problemas al salir, si se llegasen a enterar en la villa que el había hablado.

Recuerda que en la 11- 14 en los pasillos alejados, había escuchado a un puntero hablarle de un tal "el gringo", que le había robado con su banda toda la droga y las ganancias.

_ ¡El gringo! ¡Si! ¡El gringo señor!_ Grita esperanzado en darles algo a los oficiales.

_ ¿Estás seguro?_ Pregunta Oscar Veracruz.

_Si, si, el gringo, ya le dije. Solo se el apodo, así le dicen. El vago ranchea en el 4to pasillo ancho frente a los paredones blancos, eso llego a mis oídos. Los guachines hablan mucho, usted sabe. El sabe algo, no le puedo decir que fue él, pero él sabe algo seguro.

_Ok, te seguiremos vigilando, acordate que donde estés, donde pisen tus pies mugrientos, nosotros te vamos a observar. Así te encontramos y lo volveremos hacer cuando querramos si algo sale mal ¿Entendiste?

_Sí, señor, no se preocupe.

El inspector Veracruz antes de hacer un llamado por teléfono, llama a su subordinado.

_Llévalo a la celda, en unos días lo soltaremos, el sabe lo que tiene que hacer después, si no quiere que en la villa se enteren que tiene una lengua muuuy, muuuy larga.

Cristián Naranjo escucho bien claro esas palabras, no sabe si es peor estar encerrado de nuevo o que lo encuentren muerto en los pasillos de la villa por bocón.

El inspector pone gran parte de su equipo en busca del tal gringo.

*** ***

Miguel espera ansioso la reunión con Cláudio, le planteara el tema de un ayudante para complementar en las tareas.

El hombre que lo ayudó a secuestrar a Orlando, está preso por otra causa, un robo. A varios días del secuestro lo agarraron robando en una perfumería de marca conocida en flores. Había entrado por el ventiluz a las 4hs de la madrugada, lo había visto el diariero de la esquina quien llamó a la policía y cuando salía con 2 bolsas llenas de mercadería de gran valor lo estaban esperando más de 7 uniformados. El desgraciado estaba borracho, todo lo que había planeado con él, no sirvió de nada. Le dicen el flaco, se llama Ernesto. Amigo de infancia, es medio loco, pero para estos temas se podía confiar, por lo menos eso pensó Miguel.

Está seguro que no hablará nada del secuestro, es obvio que ya lo habrían descubierto si así fuese, a parte, el flaco siempre fue negociante. Está tranquilo con la parte de su paga, la está recibiendo su mujer que dejó con la nena y los mellizos en lo de su suegra.

Le dieron muchos años por otras causas acumuladas. Miguel lo visita en la cárcel y su señora también, verificando siempre el pago de cada mes arreglado.

Desde ese día Miguel trabaja solo, se suponía que con el flaco se turnarían en la mansión Seré y por lo contrario se está haciendo cargo él solo de todo.

Cláudio lo supo llegando a la semana del secuestro, Miguel no se animaba a contarle lo sucedido. Tamburri le había rogado que se aguantara trabajando solo lo máximo posible que, cuando se pueda ocupar del tema, lo llamaría, pero Miguel es un tipo que no le gusta andar molestando, por eso está exhausto, la energía y la adrenalina no es la misma que el primer día cuando sin decirle nada a su jefe , lo metió al flaco en el secuestro e  interceptaron el vehículo importado de Agostini con un auto robado, empuñando armas largas y portando chalecos antibalas.

Ese día le confió todo el trabajo a Ernesto , el ya estaba metido en varios asuntos parecidos y por ende era el más seguro para actuar.

Pero la confianza de Cláudio estaba depositada en Miguel, a él lo había contratado por no tener prontuario alguno y nadie jamás sospecharía. Habían tenido reuniones en Argentina arreglando detalles del secuestro y la paga. El trato era que por esa suma de dinero, el tenía que aceptar hacer el trabajo solo, no podían correr el riesgo de darle información a otra persona más, después le conseguirían a alguien para ayudarlo en la mansión. Ellos le hacían toda la logística, le indicarían la hora y el día. Cláudio Tamburri se enojo mucho cuando se entero lo del flaco , fue una irresponsabilidad y un riesgo grande, pero sin él, el secuestro no se hubiera concretado. Ahora Tamburri no tiene que perder detalle de la paga mensual a la mujer del flaco, es un seguro total para seguir con el plan.

El golpe se ha había hecho igual, ya estában jugados, aunque si se hubiese enterado de tan grave altercado Cláudio hubiera abandonado todo.

Miguel fue tomando coraje en el transcurso hacia el secuestro, sabían que el ex militar siempre salía armado, por eso los chalecos; pero igual el flaco lo anticipó en todo. Miguel todavía no había salido del vehículo y Ernesto ya estaba afuera, apuntándolo y obligándolo a bajar. Lo metieron a patadas y culatazos en el asiento trasero, dejando abandonado el auto importado de Orlando.

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