Capítulo 17 reglas y normas para Martín

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Orlando siente ganas de fumar, la abstinencia le molesta. Siempre fumaba después de comer.

Nuevamente el agua fría llena el fuentón, otro poco de agua se está calentando en la cocina para luego ser mezclada con la primera.

Pasados 20 minutos, ya suelto de todas las extremidades, Orlando se saca la ropa en el baño. La cicatriz en el pecho está bastante mejor, por esa razón Miguel no lo picanea más.

Sabiendo que si quieren lo hacen bañar con agua helada, prueba la temperatura  del agua con un pie y luego de introducir ambos, Miguel le arroja la esponja y el jabón.

_ ¡No te sientes maldito hijo de perra! ¿¡ Crees que estás en tu casa?!_ Le grita Miguel desde la puerta del baño.

El represor no contesta, solo se levanta.

_ ¡Te crees que estás de vacaciones! ¡Lávate el culo rápido que no tenemos todo el día! Te traje un pantalón y una remera, ah y te traje medias también.

Después del baño de Orlando, el agua ha quedado casi negra. Miguel y Martín lo llevan de regreso al cuarto.

_Te voy a explicar lo de los candados y grilletes_ Le dice Miguel a su joven socio tomándolo del hombro.

Apoya  bruscamente a Orlando hacia la pared y lo sienta.

_Lo ponemos de espalda contra la pared ¿Ves? Mano derecha, encadenamos aca e izquierda allá,  para los pies hay un solo grillete. Las llaves son está, está y está ¿Estamos?

El Militar observa por debajo de la venda, los colores llamativos de las zapatillas del joven, detalles que no querrá olvidar jamás, es la única pista que tiene hasta ahora.
Solo escucha hablar a Miguel, pero sabe que el otro está asintiendo con la cabeza las órdenes dadas.

Le atan la mordaza y  le colocan la bolsa de tela en la cabeza y salen de la habitación.
Miguel le muestra a Martín, la puerta por fuera.

_Yo dejo los candados colgados para que no se me mezclen ¿Ves? Son 1,2 y 3, te  los dejo con las llaves puestas, tienen pegado un papelito con los números de los candados, después ponelas en tu llavero. Yo tengo copias.

Yo voy a estar siempre para liberarlo, bañarlo y hacer que vaya al baño. Todas estas cosas igual  las voy hacer con vos. Vos solamente lo vigilas y le das agua mañana cuando despierte y nada más ¿Ok?

Martín demostrándole que no tiene miedo, demuestra una exagerada tranquilidad.

Miguel sigue hablándole.

_ Le tenés que levantar la capucha y correrle la mordaza para darle un vaso de agua o té. En ese momento el te va a hablar, yo lo sé ¿Trajiste los auriculares? Ponete la música alta, bien fuerte, haceme caso, no conoces la psicología que manejan estos tipos. La usaron a la perfección en los interrogatorios con torturas para sacarle información a la gente. Con 2 o 3 palabritas dentro de tu cabeza, te va empezar a trabajar desde adentro. Vas a quedar como esas arañas que las avispas matan y luego le introducen los huevos para que al nacer la vayan comiendo. ¿Me escuchas, no?
Si tenes que hacer algún tipo de  ruido como martillar, o algo parecido, hacelo en el sótano, Orlando se cansó de gritar ahí abajo. No pongas música fuerte ni baja, solo escúchala en tus auriculares y solo cuando le sacas la mordaza,  porque tenés que estar atento con ojos y oídos. No intentes abrir ninguna ventana y no salgas por ninguna razón ¿Vamos bien? Cualquier cosa no dudes en llamarme, estoy en la tecla 1 en tu celular como marcación rápida.
Es fácil: Abrir candado, correr mordaza, darle agua o te, volver a poner mordaza y volver  a cerrar candado.
Vigila que no entren cirujas, drogadictos o enamorados al terreno.

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