Los pequeños detalles que hacía mi madre por mi era lo que me mantenía en casa a parte de que era una mujer débil, tanto físicamente como mentalmente, es débil de caractar, se deja manipular tan fácilmente, por eso siempre cae de nuevo ante las garras de la heroina, por eso siempre tengo que estar ahí con ella, para evitar que caiga una y otra vez en el vicio de la droga. Mi madre es mi prioridad en ese infirno al que ella le llama hogar.
En el colegio se notaba que estaba feliz, había llegado tan contento, mi madre me había preparado un gran desayuno, panqueques, tocino, huevos fritos, un gran vaso de jugo de naranja natural, ella misma exprimió las naranjas y hizo el jugo el cual le quedó delicioso, entré a todas mis clases, no falté a ninguna, mi buen humor se notaba a leguas, por suerte no fue el profesor de deporte y pude escaparme al taller de pintura, entré por donde siempre, por la ventana, y de pronto me tomaron el tobillo cuando termine de entrar, di un salto del susto que pasé, miré a ver de quién se trataba y era ese chico, el presidente estudiantil.
- no vuelvas a hacer eso. - le dije tratando de recobrar el aliento.
- lo lamento, no quise asustarte, ¿por qué entras por la ventana?. - me preguntó confundido.
- yo... - hice silencio y suspiré. - yo no tengo llave y tampoco soy el que limpia el taller, vengo aquí porque es mi lugar favorito en todo el colegio, vengo aquí a pintar... y no te lo dije porque pensé que le dirías a algún profesor.
- yo no soy chismoso, además no tengo porque hacer algo así, si amas tanto el arte como para meterte a la fuerza a este lugar pues esta bien, tengo que respetarlo. - me dijo sonriendo.
- Si... bueno... que bueno que pienses así, ¿que haces aquí?. - le pregunté extrañado.
- me gustó el lugar, es muy tranquilo y aproveché ya que no tengo clases, estoy aquí desde hace horas, ya me he leído tres libros. - me respondió.
- ah... que bueno que te haya gustado, yo voy a pintar un rato. - le dije mientras me dirigía hacía donde estaban los lienzos.
- ¿pintaras algo nuevo?. - me preguntó.
- Sí, pintare algo nuevo. - le respondí.
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Rayos De Oro.
CasualeDiego es un chico que sufre día a día los maltratos de su padre por el amor incondicional que le tiene a su madre, al parecer su destino nunca cambiará si éste no toma la iniciativa para que su sufrimiento termine, ¿que será capaz de hacer para trat...
