Rayos De Oro.

capítulo 5.

- porqué me acabas de decir que un pintor pinta sus sentimientos y ésto es tan triste, es oscuro y desolado éste paisaje. - me dijo mirando mi pintura. - yo en ocasiones pinto cosas así. - le mentí. - ¿tú ya te vas?. - le pregunté mientras me dirigía hacía la puerta.
- Sí, ya me voy. - me respondió.
- bueno abre la puerta, es que mi llave está en lo profundo de la mochila y ya la tengo puesta y bueno, me da algo de pereza quitarmela. - le mentí nuevamente.
- ah si, tranquilo yo tengo mi llave aquí en el bolsillo, yo abriré. - me dijo acercandose a la puerta y sacando la llave de su bolsillo. - ¿siempre estás aquí en éste lugar?. - me dijo al abrir la puerta y dejar que saliera yo primero.
- Sí, vengo aquí alguna que otra tarde para pintar un rato. - le dije después de que cerró la puerta y nos encaminamos hacía la salida del colegio.
- ese lugar es muy tranquilo, creo que lo usaré para leer de vez en cuando. - me dijo al mismo tiempo que se detuvo frente a la entrada del colegio.
- ¿por qué te detienes?. - le pregunté un poco extrañado. - me vienen a recoger, mi hermano mayor dijo que vendría a buscarme así que tengo que esperar un largo rato aquí hasta que aparezca. - me dijo mientras miraba las calles esperando a que algún auto apareciera.
- oye puedo acompañarte para que no estés solo, este lugar es un poco peligroso. - le dije algo dudoso.
- bueno está bien, ¿pero no se te hará muy tarde para irte?.
- no, no tranquilo, vivo cerca de aquí. - le mentí de nuevo, prefería llegar tarde a mi casa para que el mañana llegase rápido y salir de ese infierno nuevamente.

Esperamos un largo rato, creo que por una hora, hasta que el hermano del chico apareció, se ofreció a llevarme a mi casa pero de inmediato me negué, cuando vi que se alejaban en el lujoso mercedes caminé a paso lento en dirección hacia mi casa, pude ver como oscurecía y sonreí, el día estaba por terminar, sólo tenía que llegar a casa, encerrarme en mi habitación y no salir más hasta el otro día para ir nuevamente a clases.