Rayos De Oro.

capítulo 18.

- ¿ya vas a terminar Diego? .- me preguntó sentado frente a mi completamente desnudo.
- Sí, ya me falta poco Luís, estate quieto por otro rato más. - le dije mientras pintaba concentrado e igualmente desnudo.
- date prisa, ya me duele la espalda. - me dijo.
- ¿quieres que lo dejemos hazta aquí y continuemos mañana?. - le pregunté.
- solo dejame descansar un rato, que me estire un poco y volvemos a retomar todo. - me dijo levantandose de la silla.
- bueno está bien, no hay problema. - le dije.
- ¿que hacemos mientras descansamos?. - me preguntó caminando por el taller completamente desnudo.
- podemos hablar... no lo sé. - le respondí.
- ¿haz jugado verdad o reto Diego?. - me preguntó.
- no, no sé que es eso. - le respondí extrañado.
- es un juego que consiste en preguntarle cosas a la persona lanzando una moneda, si cae cruz es reto y si cae cara es una pregunta en la que tienes que decir la verdad. - me dijo tomando una silla y sentandose frente a mi. - ¿quieres jugar?. - me preguntó.
- bueno, ya que no tenemos nada que hacer está bien.

Comenzamos a jugar, el lanzaba la moneda cuando era mi turno y yo lanzaba cuando era su turno.
- te tocó reto Diego. - me dijo sonriendo. - tu reto es que dejes darte un beso mio.
- ¿pero por qué tiene que ser ese reto?. - le dije algo no muy convencido con el reto.
- vamos, es solo un juego. - me dijo.
- está bien, pero que sea un beso pequeño. - le respondí.

Se acercó a mi y sujetó mi rostro, cerré los ojos con fuerza porque no quería ese beso; de pronto sentí sus labios suaves sobre los míos, logró que abriera un poco la boca e introdujo su lengua, de inmediato me separé y lo miré.
- bueno ya el reto está cumplido. - le dije. - ahora me toca a mi darle a la moneda. - le dije quitandole la moneda y lanzandola hacia arriba para luego atajarla en mi mano y abrirla. - te tocó verdad... - le mostré la moneda. - mi pregunta es: ¿te gusta alguien?.
- Sí. - me respondió sin pensarlo dos veces.
- ¿y quien es?. - le pregunté un poco triste sin saber el por qué de mi tristeza.
- no se vale, es sólo una pregunta y ya la respondí, me toca a mi. - me dijo quitandome la moneda. - te tocó verdad.