Rayos De Oro.

capítulo 16.

- oye ya que no estamos haciendo nada podrías comenzar de una vez a pintarme viejo. - me dijo levantandose y caminando hacia mi, abriendose la camisa.
- pero... bueno esta bien. - le respondí dudoso.

Se quitó la ropa y se detuvo frente a mi, agarro una silla y se sentó, su masculinidad se intensificaba por la postura en la que se encontraba, no digo que Luís no era masculino, todo lo contrario, era tan masculino que la testosterona brotaba de su cuerpo; se encontraba en la posición de la famosa estatua "EL PENSADOR" y me miraba mientras lo pintaba, su mirada profunda se clavaba en mi cada vez que lo miraba para continuar cada pincelada.
- ¡oye!, también tienes que quitarte la ropa viejo. - me dijo dejando de posar.
- pero si te ves cómodo. - le dije.
- hicimos un trato viejo, quitate la ropa. - me dijo señalandome.

Suspiré y me levanté, me quité la ropa y vi como se me quedaba mirando, me incomodaba un poco que me viera, mi cuerpo no era como el de él, su cuerpo era delgado pero estaba definido, yo sólo era delgado sin definición alguna, incluso se me marcaban un poco las costillas, él hasta en la desnudez se veía bien.
- oye Diego tienes buena porte viejo. - me dijo sonriendo. - cierra la boca y regresa a como estabas. - le dije sonriendo.

Cuanta incomodidad, Luís me miraba el cuerpo detallandome cada parte, sentía que podía verme hasta los poros; pinté sólo la mitad ya que era hora de irnos porque sino quedaríamos encerrados en el colegio, le pedí que se vistiera y mientras lo hacía rápidamente yo me vestía también, se paró a mi lado abrochandose la camisa y me miró, me revolvió el cabello de forma suave, dejandome algo espelucado. - oye si que me veo guapo. - dijo antes de soltar una carcajada.
- bueno tuve que hacer unas mejoras en tu rostro - le respondí con sarcasmo.
- idiota. - rió.
- mañana lo terminaré, así que para mañana tienes que desnudarte de nuevo. - le dije dandole unas palmadas en su espalda.
- claro, pero te desnudas tu también. - me dijo.
- oye ya mañana no es necesario. - le dije.
- ¿que problema hay con que lo hagas mañana si ya te vi hoy?, además tu cuerpo es perfecto Diego, si supiese pintar te pintara. - me dijo