capítulo 13

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Cuando todo pasó tuve que salir de ahí, corrí con tanta rabia hasta llegar al bosque que ocultaba la cascada, me quité la ropa y salté al agua, dejé que mi cuerpo se hundiera, quería morír, me sentía tan sucio, estaba totalmente asqueado, decepcionado de mi padre, sentía como el poco respeto que le tenía desaparecía rápidamente, mi cuerpo se llenaba de rabia hacia él, sentía tanto rencor que mi corazón dolía, todo estaba tan callado debajo del agua que podía escuchar como el latido de mi corazón disminuía, iba perdiendo la conciencia lentamente cuando de pronto mis pulmones recibieron aire.

- ¡¿oye estas loco viejo?!, ¡no tardes tanto tiempo sin salir!, que susto me diste. - la voz de Luis resonó.
- ¿que haces aquí?. - le dije luego de mirarlo.
- vine a ver si te veía aquí, no te he visto en el taller y me preocupé por ti. - me dijo llevándome hacía la orilla de la cascada.
- mi mamá tuvo un accidente y por eso no he ido. - le dije.
- de nuevo estas golpeado... - me dijo poniendome la mano en la mejilla y sobando mi moretón con su pulgar.
- auch... no me toques eso, me duele bastante. - le dije retirando mi rostro de su mano.
- te curaré esas heridas. - me dijo mientras salía del agua.

Miraba a un lado con la mirada un poco perdida, no podía sacar esas asqerosas imágenes de mi cabeza, Luis estaba preocupado, por los cortos vistazos que le di, pude notar la preocupación en su rostro mientras aplicaba su ungüento en mis moretones.
- ¿como son tus padre Luís?. - le pregunté entristecido.
- son... bueno mi madre siempre está trabajando y mi padre también se la pasa en el trabajo, me dan todo lo que quiero, ellos casi nunca estan en casa. - me respondió.
- ¿pasan tiempo contigo?. - le pregunté.
- muy pocas veces pasan tiempo conmigo, se la pasan muy ocupados con sus trabajos, la mayoría del tiempo estoy solo. - me dijo.
- ¿y eso como te hace sentir?. - aún me encontraba algo triste.
- yo... bueno. - suspiró y me miró. - de muchas formas... me siento solo, triste, abandonado, pero bueno son cosas de la vida y no se pueden cambiar. - me respondió sonriendo. - ¿y tu familia como es?. - me preguntó. - ¿mi... familia?... bueno ellos. - suspiré.

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