Rayos De Oro.

capítulo 27.

Le toqué el pene lo tenía duro, le besé la cien y luego el pómulo, se despertó porqué sintió que le tenía el pene sujeto, me miró con los ojos entrecerrados y clavo de nuevo la cabeza en la almohada.
- sólo son ganas de orinar, no es lo que piensas, tengo tanta pereza de levantarme a orinar. - me dijo con la cabeza enterrada contra la almohada.
- yo también lo tengo duro, pero yo sí me levantaré para ir a orinar. - le dije levantandome de la cama.
- que buen trasero tienes Diego, parece de beisbolista. - me dijo luego de semisentarse recostado del montón de almohadas.
- cierra el pico. - le dije antes de entrar al baño y cerrar la puerta.

Nos dimos un largo baño, la bañera estaba llena con agua tibia la cual me relajaba un montón, sentía las caricias de Luís en mi muslo y al mismo tiempo que las sentía yo lo acariciaba a él también, la bañera era algo estrecha así que cada uno de nosotros estaba recostado a cada extremo de ésta; Luís me puso el pie en la cara y comenzó a reirse.
- oye no hagas eso. - le dije riendo al mismo tiempo que quitaba su pie de mi cara.
- entonces no me apretes tan fuerte el muslo que me da cosquillas viejo. - me dijo sosteniendo mi mano debajo del agua.
- así que te hace cosquillas. - le dije.

Le sostuve con fuerza la pierna y comencé a apretarsela una y otra vez rápidamente haciendo que soltara enormes carcajas al punto de ponerse rojo de la risa, se movía de un lado a otro e intentaba quitar mis manos de sus muslos, me lancé rápido sobre él y le sostuve las manos hacia arriba, lo miré riendo y lo besé, le sostuve la cara con una de mis manos y el apretó mi espalda; los besos se intensificaron, las caricias fueron aún más excitantes, de pronto escuchamos el timbre de la casa.
- seguro es mi hermano. - me dijo alejandome de el suavemente y saliendose de la bañera.
- iré a vestirme. - le dije saliendome de la bañera y caminando detras de él.

Me presentó a su hermano, el hombre tenía el mismo color de ojos y cabello que él, la piel era un tono mas oscura que la de Luís, era unos cuantos centímetros mas alto que nosotros, tenía barba e iba vestido como todo un hombre de negocios, era muy serio y de mirada mucho más penetrante.