Que orgasmo tan exquisito el que sentía; miré a Luís, y le sujeté el pene lo tenía duro, entre jadeos me dijo que eyacularía que no podía aguantar más, tome su pene y comencé a masturbarlo agilmente, le pasé la lengua por su glande y lo chupé un poco, el pobre casi moría del placer que sentía, podía escuchar claramente como succionaba aire entre sus dientes con aquel gesto de placer mientras acariciaba mi cabello, introduje todo su pene en mi boca y comencé a chuparlo, lamerlo e incluso morderlo suavemente, deslizaba mis diente con cuidado sobre su glande logrando que éste soltara aquellos quejidos roncos entre suspiros al mismo tiempo que una de sus piernas temblaba, chupé varias veces de forma seguida sin dejar de masturbarlo con mi mano; saqué su pene de mi boca y lo masturbé mucho mas rápido hasta que vi que su semen comenzó a salir; sus quejidos orgasmicos se introducían en mis oidos haciendo que nuevamente me pusiera duro, me acosté y lo senté sobre mí, si que era ágil, sus caderas se movían de tal forma que parecía un veterano en el sexo gay, cuanto placer sentía cuando mi pene entraba y salía de su ano, nos besabamos de tal forma que quedábamos sin aliento y buscábamos la forma de retomarlo entre respiración entrecortadas.
Cuando me hizo sexo oral sentí un orgasmo mucho mas fuerte que el que había sentido antes, me frotaba el punto G introduciendo su dedo en mi ano mientras me hacía el sexo oral. Eyaculé en su boca y pude ver como el hilillo de semen se corría por las esquinas de su boca la cual engullía mi pene, la abrió y mi semen calló sobre mi pene y vientre.
Cuando fue su turno de penetrarme lo disfruté, no fue asqueroso como lo que había sentido con el maldito de Reinaldo, no acepté otras posiciones más que la del misionero ya que me era incómodo, a él no le importó, aún así pudo llegar al climax dentro de mí.Cuándo estábamos ya agotados de tanto sexo y nos dimos cuenta que ya la noche había caído, nos metimos a duchar, para luego ir a comer.
- quisiera hacerlo de nuevo Luís, me gustó, quisiera penetrarte a cada momento, se me pone duro de tan sólo pensar que te lo estoy metiendo. - le dije mientras lo veía enjabonarme el cuerpo.

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Rayos De Oro.
RandomDiego es un chico que sufre día a día los maltratos de su padre por el amor incondicional que le tiene a su madre, al parecer su destino nunca cambiará si éste no toma la iniciativa para que su sufrimiento termine, ¿que será capaz de hacer para trat...