capítulo 24.

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El besó se intensificó y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba sobre él, lo besaba por el cuello y le apretaba el costillar, mi lengua se introducía en su boca saboreando cada parte de ésta, su saliva era dulce, me arrodillé y me quité la camisa, le subí la de él y le bese el vientre, el abdomen, saqué mi lengua y la deslice hacía su pecho, envolví una de sus tetillas con mi boca y succioné un poco, afinqué mi lengua sobre ésta y la froté, sus suspiros eran convertidos en eco por la gran habitación, introdujo su mano en mi pantalón y sujetó mi pene erecto, le dio comienzo a la masturbación y al frote de sus dedos sobre mi glande algo húmedo.

Nos encontrábamos ya desnudos frotando nuestros penes sujetados por la ágiles manos que se movían brindandonos el placer, lo besaba entre los jadeos que los dos soltabamos por la excitacion que sentíamos.
- quiero penetrarte. - le dije entre jadeos. - dejame hacerlo, estoy muy excitado Luís. - le dije antes de suspirar.
- está bien, pero luego lo haré yo también. - me dijo jadeando.

Mi pene se adentró en su ano que apretaba con fuerza mi pene, sentí una pequeña molestia en mi pene, intenté introducirlo completo pero estaba tan apretado que no podía entrar.
- relajate Luís, ya verás que te va a gustar. - le susurré. - regalame el rico placer que he deseado. - le seguí susurrando.
- no digas esas cosas Diego que suenas como un aberrado sexual maldición. - me dijo tapando su rostro con su brazo.

Sentí como mi pene dejo de sentirse apretado, lo introduje todo y procedí a mover las caderas al ritmo que demandaba mi excitación, que placer aquel el que sentía, quería desgatar mi pene dentro de él, se sentía tan exquisito, me imaginaba millones de posiciones para ponerlo, su cuerpo y su piel suave me ponían tan duro, no quería eyacular para no parar de penetrarlo, sus quejidos y jadeos entraban en mis oídos haciendo que mis movimientos fueran más rápidos, miraba como se masturbaba, su glande era de un tono rojizo provocatico.

Lo puse como quise, mi penetración era rápida y feroz, llegué al climax eyaculando sobre su abdomen, él siguió estimulandome el pene mientras yo sentía aquel cosquilleo que iba desde mi cabeza hazta mis pies.

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