Comencé a trabajar en diferentes lugares, limpiaba baños de restaurantes, mezclaba concreto los fines de semana en cualquier construcción, paseaba perros, repartía comida rápida, limpiaba la cocina de cualquier restaurant chino, incluso trabaje en las noches como mesero en un bar, todas las propinas, toda la paga que me daban la guardaba dentro de mi colchon, al cual le hice una aventura por un costado para meter el dinero y mantenerlo a salvo de ese maldito de Reinaldo.
Me encontraba con Luís todas las tardes en la cascada donde nos olvidabamos de los problemas disfrutando el lugar.
- ahí no dice chipopotamo Diego, dice hipopótamo, la h es insonora, a menos que tenga la c adelante, ahi si sonaría, se pronuncionaria cha, che, chi, cho, chu. - me explicó sosteniendo el libro sentado junto a mi a la orilla de la cascada con los pies dentro del agua.
- Sí... comprendo... - le dije mirando el libro. - el hipopótamo es un animal anfi... anfi... ¡no puedo!, ¡malditasea!. - le dije frustrado.
- dice anfibio Diego, no te frustres así no lograrás aprender. Vamos de nuevo. - me dijo dandome unas palmadas en la espalda.
- mejor quitate la ropa y hacemos el amor. - le dije acercandome a el para besarlo.
- lo pervertido tampoco te hará aprender. - me dijo sonriendo.
- claro que sí, en el sexo si. - le dije antes de introducir mi lengua en su boca.
Tuvimos sexo toda la tarde, quedamos completamente exhaustos, los dos éramos feroces, incansables, pero luego de varias veces llegar al climax terminabamos derrumbados por el cansancio. Mirábamos como las estrellas se hacían más intensas a medida que el cielo se iba poniendo mas oscuro, nos encontrabamos uno al lado del otro, él con sus brazos cruzados bajo su cabeza yo con uno solo ya que el otro estaba estirado haciendo trabajar mis dedos los cuales frotaban mi glande mientras miraba las estrellas. - aún te sigues tocando Diego. - me dijo Luís volteando a verme.
- Sí, siempre lo hago, me gusta la sensación. - le dije sin dejar de mirar al cielo.
- eres un pervertido viejo. - me dijo riendo.
- creo que sí. - le respondí sonriendo.
Cuando nos veíamos en las tarde en la cascada o en su casa teniamos sexo hasta quedar sin aire.
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Rayos De Oro.
AléatoireDiego es un chico que sufre día a día los maltratos de su padre por el amor incondicional que le tiene a su madre, al parecer su destino nunca cambiará si éste no toma la iniciativa para que su sufrimiento termine, ¿que será capaz de hacer para trat...
