No podía creer que hubiera acariciado mi mejilla, dios...su piel es tan suave, su aroma...estoy volviéndome loca.
Estás destrozando mi mente Julianne...
CONTINUACIÓN...
Cómo es que alguien en su sano juicio podría dormir después de esa caricia, después de SU caricia. Estoy volviéndome completamente loca, lo sé.
Regresé a mí habitación. Eran eso de las 7:30 pm. Aún faltaba media hora para ir a cenar. Así que simplemente me recosté y me quedé hablando con Candace y Cecile que me hacían compañía.
— ¿Y? ¿de dónde vienes eh? — preguntó Candace observándome detenidamente, mientras tomaba de su malteada.
— De la biblioteca, ¿por qué? — contesté algo nerviosa.
— De la biblioteca, qué extraño...porque hace un momento vengo de allí y no te vi por ninguna parte. — dijo alzando una ceja.
¡Era una completa entrometida!.
— ¿Estás vigilándome? ¿Acaso eres detective ahora? — dije observándola.
— Ay Amanda ya, cuéntanos qué tal besa. — dijo con su típica manera de ser.
— ¿Eh? No sé de qué hablas. — dije volteando la mirada hacia el celular.
— Sabes de qué hablo, ¡anda! — dijo mientras me aventaba un almohadón.
— ¡Que no la he besado aún! — dije seguido de taparme la boca, ya que me di cuenta que había hablado demasiado alto.
Justo en ese momento entra Aline, y se queda parada en la puerta. Observando que todas nos callamos al escucharla llegar.
— ¿Se puede saber a quién aún no besas? — dijo con ironía, fingiendo ser amigable.
— Pues claro que a... — justo antes de que Cecile hablara la pateo.
— ¡Auch! — dijo mirándome sin comprender, mientras se agarraba la pierna.
— Son cosas mías, no tienes que fingir interés Aline. — jugaría su propio juego.
— En realidad...no me interesa, solo pregunté por curiosidad, no te creas tan importante, porque no me importas. — dijo observándome con ira.
— Me alegro que el sentimiento sea mutuo. — sonrío irónicamente.
Me rebajó con la mirada, tomó algo de su mesita de noche, y se fue.
Creo que mataría a Cecile por desbocada, lo juro.— ¿Oye por qué me golpeas? Eso dolió. — dijo Cecile con una expresión de dolor.
— ¡Por bocona! Aline no puede saber que me gusta la prefecta Evans, al menos no de mi boca. No debe enterarse ni siquiera de que he hablado con ella ¿está bien? — dije hablando más bajo.
— ¿Acaso hay algo que no nos has contado? — preguntó Candace algo confundida.
— Pues...sí, iba a contárselos pero no tuve tiempo, se los contaré ahora para que ninguna vuelva a meter la pata, o las mataré a ambas. — dije seriamente.
— Bien bien, pero cuenta. — dijo Cecile ansiosa por escuchar qué era lo que ocurría con Aline.
Aproveché que faltaban 20 minutos para la cena y les conté con tranquilidad lo que había ocurrido, la amenaza de Aline y los encontronazos que habíamos tenido. Las dos estaban bastante sorprendidas ya que no hubieran creído que Aline pudiera ser tan violenta.
— No me jodas, ¿es en serio? — dijo Candace sorprendida.
— Claro que es en serio, por eso es que no puede enterarse, aunque sea una estupidez. — dije.
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Cuando amarte no sea pecado
Teen FictionMi vida era tan monótona y ordinaria como la de cualquier chica del montón. Hasta que por casualidad o causalidad te vi... Experimentar esa clase de accidente ancestral tal vez fue lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Después de aquel encuentr...