Saldremos juntas de esto, lo prometo. - dije susurrándole en el oído, mientras ella lloraba sin consuelo en mi hombro, tan vulnerable como jamás la vi.
Yo solo continué abrazándola y tratando de hacerla sentir segura y protegida, era lo que más necesitaba en estos momentos.
Juntas podremos con esto...
CONTINUACIÓN...
- Dios, no quiero que me veas así. - dijo separándose de mi abrazo algo avergonzada.
- No debes avergonzarte de llorar frente a mí. - dije.
- Se supone que soy yo quien debe mantener la compostura, y al contrario estás tú consolándome. - dijo secándose las lágrimas.
- ¿Y eso qué? Tienes derecho a llorar y a sentirte mal. No por ser mayor que yo debes ser siempre la más fuerte, no eres mi madre. - dije seria.
- Tienes razón, lo siento, es solo que...no estoy acostumbrada a mostrarme así frente a nadie. - dijo volviendo a su seriedad de siempre.
- No te preocupes, solo quiero que sepas que siempre estaré para ti, cuando me necesites y cuando no también. - dije mirándola a los ojos.
- Lo sé, gracias. - sonrió aún triste.
Luego suspiró y acarició su frente. Estaba preocupada, eso se notaba. Y no se tranquilizaría hasta encontrar una solución.
- Ya, no estes así, te dije que podremos con esto. - le repetí.
-m- Pero cómo Amanda, cómo... - dijo frustrada.
- Yo... aún no lo sé, pero lo que sí se es que no podemos darle el gusto a la persona que nos está amenazando de separarnos, no podemos. - le dije observándola.
- No sabemos si es peligrosa, no sabemos nada Amanda, esto no es un juego. - continuó.
- Sé que no, pero estando separadas sería aún mucho peor, yo ya no quiero estar sin ti... - dije.
- Tampoco yo. - suspiró.
- Entonces eso ya no está en discusión. Mira, no estoy segura pero...creo tener sospechas de quién puede ser la persona que está chantajeándonos. - dije bufando.
- ¿Quién? - preguntó intrigada.
- Michelle, estoy casi segura de que es ella. - dije observándola.
- ¿Michelle? pero...no puede ser, ni siquiera la he visto en todo este tiempo, ni tampoco se ha mostrado de alguna forma extraña conmigo como para sospechar de ella. - dijo incrédula.
- Eso es porque no conoces de lo que es capaz, está loca. Algo de lo que obviamente no pude darme cuenta cuando me enamoré de ella. - dije meciendo mi cabeza.
- Entiendo, está bien...si tú lo dices debe ser así. Pero entonces... esto es aún peor, la veremos en el colegio, conseguirá tenernos controladas. - dijo.
- No si somos más inteligentes que ella. - dije.
- ¿A qué te refieres? - preguntó confundida.
- Ella no sabe que nosotras sabemos que nos chantajea ¿no es así? - dije.
- Sí, ¿y? - preguntó.
- Vamos a pretender. - dije decidida ella me observó sin entender demasiado. - Pretenderemos que ya no estamos juntas, ¿ahora sí entiendes? - dije.
Su expresión cambió de inmediato, como si de pronto sintiera alivio en todo su cuerpo el cual había permanecido tenso todo ese tiempo.
- ¿Crees que funcionará? - preguntó para asegurarse.
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Cuando amarte no sea pecado
Roman pour AdolescentsMi vida era tan monótona y ordinaria como la de cualquier chica del montón. Hasta que por casualidad o causalidad te vi... Experimentar esa clase de accidente ancestral tal vez fue lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Después de aquel encuentr...