Capítulo 58: "He cometido un grave error"

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Cuando estaba llegando comencé a detener el paso ya que creí oir ruidos desde adentro del sauce, así que me quedé allí. Pero la curiosidad mató al gato así que por el costado del sauce me asomé, y me encontré con algo que jamás pensé encontrarme, Michelle y Amanda...mí Amanda besándose. No puedo creerlo.

Una pequeña parte de mi corazón se ha roto...

CONTINUACIÓN...

No podía creer lo que estaba sucediendo, ¿Michelle estaba besándome? Parecía irreal. Era increíble que después de tanto tiempo volviera a sentir sus labios como tantas veces lo hice.
Me siento extraña, no puedo descifrar lo que siento. Es como si todo lo que pensaba sobre ella, todo lo que sentía, hubiese dado un vuelco y me hiciera dudar hasta de mí misma. ¿Qué está ocurriendo? Pensé...
Luego el remordimiento me invadió por completo, ¿qué estaba haciendo? ¿me dejaría llevar por un impulso así como así? No podía. Por Julianne, por mí, no podía hacerlo. No podía romperle el corazón de esa manera.

— Espera... — dije apartándome de ella.

— ¿Qué pasa? — preguntó Michelle algo confundida.

— No puedo. — dije colocando una mano en mi boca y con la mirada gacha.

— ¿Por qué no? ¿Qué sucede? — dijo observándome.

— Nada, es solo que...no puedo, discúlpame. — no podía darle una explicación de lo que en verdad sucedía, y mucho menos hablarle sobre Julianne.

Terminé de hablar y me fui sin decir una sola palabra.

— Amanda espera... — alcancé a oirla decir, pero no me detuve.

Me dirigí al baño y allí me quedé unos minutos observándome al espejo. ¿Qué había hecho? Soy una completa imbécil. ¿Cómo es que se me ocurrió meterme nuevamente con Michelle? No puedo entenderlo.
Ahora no sé con qué cara miraré a Julianne, cómo podré mirarla a los ojos después de haber probado los labios de otra persona. Dios...¡soy una idiota!.
Observé mi reflejo a través del espejo con rabia y luego me refresqué la cara con agua bien fría. Al terminar me sequé y salí.
Sabía perfectamente que debía enfrentar la situación. No estaba preparada para decirle a Julianne lo que había pasado pero tarde o temprano debía decírselo.

•••

Ya era hora de la cena, y me encontraba sentada con Candace y Cecile como siempre. Ellas hablaban pero yo no oía nada de lo que decían, no podía. Aún estaba inmersa en lo que había sucedido. No podía pensar en otra cosa aunque lo intentara.

— Oye Amanda, ¿qué te sucede? estás tan extraña, toda la tarde estuviste así. — dijo Candace.

— Sí...lo sé, perdónenme, cuando estemos en la habitación les contaré todo, lo prometo. — les dije a ambas.

— Está bien, pero come...no has tocado tu comida. — contestó Cecile.

— Claro. — sonreí débilmente.

Terminó la cena y no había visto a Julianne sentada con sus compañeras de siempre, cosa que me extrañó. Aunque por un lado agradecí no haberla encontrado ya que no sabía cómo iba a mirarla a los ojos.

La cena terminó y ya nos encontrábamos en nuestra habitación. Me lavé los dientes, me puse el pijama y me fui a la cama. Luego nos pusimos a hablar de lo que había sucedido.
Les conté detalle a detalle lo que había pasado, y las dos se veían muy sorprendidas, e incluso se mantuvieron en un silencio que debo decir, me puso muy incómoda.

— Bueno...díganme algo, sé que la cagué pero por favor no se queden calladas. — dije observando a ambas.

— La verdad es que...no sé Amanda, no sé que decirte en verdad. — dijo Candace, lo que me hizo sentir aún más culpable.

— Soy una mierda ¿no? — pregunté.

Las dos me observaron.

— No, claro que no. Mira...nosotras no vamos a juzgarte, somos tus amigas, pero sí tenemos la obligación de decirte que estuviste muy mal, esa es la verdad. Sabemos que quizás fue un impulso o lo que sea, pero está mal. — dijo Cecile.

— Lo sé, sé que estuve muy mal y me arrepiento de eso, pero no lo hice intencionalmente, de verdad que no...(suspiré) me siento terrible. — dije.

— Tu amas a la prefecta Evans ¿no es así? — preguntó Cecile.

— Claro que sí, más que a nada. — respondí.

— Entonces deja de hacer estupideces y de permitir que esa mujer vuelva a entrometerse en tu vida, o perderás a Julianne para siempre. — finalizó Cecile.

Esa noche no dormí pensando en eso.

•••

Ya era de mañana, y nos encontrábamos desayunando en el bufet. Al terminar cada una se dirigió a su clase correspondiente y empezó con su rutina diaria.

Se hicieron las 11 am y yo me dirigí a la biblioteca a estudiar historia contemporánea, ya que tenía un examen en los próximos días. Y como era el lugar más calmado del instituto pensé que era perfecto ir allí.
Cuando llegué fui en busca de un libro que me hacía falta y me senté en una de las últimas mesas como siempre.
Estuve unos 15 minutos allí, cuando de pronto a lo lejos la veo entrar a Julianne y dirigirse a uno de los pasillos en busca de algún libro, supongo. Al entrar claramente no notó mi presencia.
Me quedé observándola por unos segundos cómo caminaba en el corredor observando dudosa los libros de cada sección, y no pude aguantarme así que decidí acercarme aunque me matara la culpa, necesitaba hablar con ella.

— Hola... — dije a su lado mientras sonreía levemente.

Ella levantó su mirada del libro después de unos segundos y me observó indiferente.

— Hola. — dijo secamente.

— ¿Cómo estás? — le pregunté mientras ella continuaba con la mirada en el libro.

— Bien, tú también ¿no? — preguntó seria.

De inmediato supe que estaba evitándome, y que algo andaba mal.

— Bien yo... ¿tú estás bien? — pregunté observando su expresión, que no se veía nada bien.

— Claro que sí, muy bien. — dijo observándome por un segundo, luego volvió hacia su libro.

— Yo...estaba pensando si querías que almorzáramos, ya sabes, para estar juntas un momento y...hablar, ¿qué dices? — dije nerviosa.

Ella continuó evadiéndome, yo no sabía qué hacer.

— ¿Me has escuchado? — volví a preguntar.

— Sí, y...no lo creo. — dijo cerrando su libro bruscamente.

— ¿Qué? ¿por qué no? — pregunté extrañada.

— Estoy muy ocupada, lo lamento. — dijo colocando el libro nuevamente en su lugar y yéndose así como así, sin decir una sola palabra.

Yo me quedé allí parada, completamente sorprendida por su reacción y a la vez pensando...

¿Qué podía sucederle para que reaccionara de ese modo?

Carajo...

•••

¡Buenas! He vuelto con un nuevo capítulo, el cual espero les guste mucho.
Respecto a las actualizaciones...si me demoro sepan disculparme, de verdad hago lo que puedo y trato de subir siempre cuanto antes.
Creo que comparado con otras escritoras que suben un capítulo cada un mes, yo no las hago esperar nada :)

En fin, dejen sus votos, comenten y disfruten.

Les mando mucho cariño desde Argentina. ¡Las quiero!

Sofi ♡

Cuando amarte no sea pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora