Cuando amarte no sea pecado

Capítulo 25: "Auch"

Íbamos riendo por un comentario que ella hizo, cuando veo pasar caminando por su lado a Julianne acompañada de Chelsea. Quien me observó con ¿ira? Podría decir. Despreció con la mirada también a Amira y luego me ignoró por completo, caminando mucho más adelante que nosotras.
Por suerte Amira no se percató de todo aquello.

¿Qué fue eso?

CONTINUACIÓN...

Después de aquella incómoda situación continué hablando con Amira, aunque debo admitir que me quedó revoloteando en la cabeza la reacción de Julianne al verme hablando y riendo con ella.
¿Qué le sucedía? ¿Acaso estaría celosa? No...claro que no, ni siquiera me registra, y después del escándalo que hizo por haberla besado la verdad es que lo dudo mucho.

Hicimos todo el recorrido correspondiente de la caminata, hasta que volvimos a llegar al punto de partida. Gracias a Dios.
Estaba exhausta, sudada y con una sed que podría tomarme una piscina de agua entera. Encima la botella de agua me la había terminado.
Por suerte ya habíamos llegado, y antes de irnos a descansar Javier dijo unas palabras.

— Bueno chicas, las felicito, hoy han logrado un gran reto. Eso es para que vean que cuando uno se propone algo puede lograrlo sin lugar a dudas. Ya no las molesto, pueden ir a descansar o a donde quieran. — dijo sonriendo.

Todas le sonrieron coquetas, obviamente casi todas babeaban por él. Y con razón, era bastante guapo al igual que Eduardo.

Al terminar la caminata decidí despedirme de Amira para poder irme a duchar.

— Bueno...fue un gusto conocerte, ya debo irme, me urge darme un baño. — dije bufando.

— El gusto es mío, claro ve... — dijo mientras sonreía.

— Ok, adiós... — sonreí.

Di media vuelta para irme, hasta que me detuvo.

— Espera... — me di vuelta para mirarla.

— ¿Si? — pregunté.

— ¿Te parece acompañarme a tomar un capuccino esta noche? Solo si quieres... — dijo indecisa.

— Claro. — respondí sin dudarlo.

— Bien, ¿después de la cena?. — preguntó.

— Después de la cena... — asentí sonriendo.

— Ok, ahora si te dejo tranquila. — ríe.

— Adiós. — sonreí y tomé camino hacia adentro de la residencia.

En el camino me tomaron por detrás Candace y Cecile, obviamente querían llenarme de preguntas, ya estaban esperando a que me despidiera de Amira para hacerlo.

— ¿Estás ligándote a la coordinadora? — preguntó Candace sorprendida.

— Ay claro que no, cómo crees, solo...tuvimos una charla divertida en el camino, es muy buena onda. — dije despreocupada mientras caminaba.

— Aha, claro. — dijo Candace haciendo sus típicos gestos sin creerme nada.

— Estúpida, estoy diciendo la verdad. — reí.

— Es muy bonita... — dijo Cecile alzando una ceja.

— Sí...supongo que lo es. — dije indiferente.

— Ay Amanda yaaa — dijo Candace empujándome. — No te hagas la idiota, es obvio que ya le echaste el ojo. — continuó.

— ¡Oye! ¿qué te hace pensar eso? — pregunté.

— Te conocemos. — dijo Cecile riendo.

— Pues se equivocan, solo es buena onda y...me invitó a un capuccino después de la cena, es todo. — dije fingiendo desinterés.