Capítulo 71: "Chantaje"

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La tomé de la cintura, la acerqué a mi sintiendo su cuerpo mojado y frío, observé sus labios y me hundí en ellos. Fríos y salados, pero exquisitos como siempre.
No pude evitar acariciar todo su cuerpo mientras la besaba, era totalmente irresistible.
Comencé a bajar la mano por debajo del agua y sin que nada me importase tomé uno de sus glúteos, ella me observa sorprendida, pero no le doy lugar a que diga algo, así que vuelvo a besarla pero esta vez de una forma más salvaje.

Eres exquisita...

CONTINUACIÓN...

Fue la primera vez que hice el amor en el agua con alguien. Pero Julianne no era simplemente alguien, era la mujer que amaba. Y nada podía asemejarse a algo tan maravilloso como esto que acaba de ocurrir.
Luego de fundirnos en placer bajo el agua, nadamos un rato y decidimos salir ya que el sol estaba escondiéndose bajo unas grises nubes que parecían traer una gran tormenta. Así que tomamos nuestra ropa tirada en la arena y nos metimos rápidamente a la cabaña.

— Ahora sí muero de frío. — dije acurrucándome entre mi propia piel.

— Voy por unas toallas, ya regreso. — dijo yendo rápido a su habitación.

En unos segundos regresó con dos toallas largas en sus manos, tomó una y me la dio.

— Gracias. — dije sonriendo sin dejar de observarla, pero antes de que ella soltara la toalla la acorralé con la misma colocándosela por la espalda y atrayéndola hacia mi. Lo que la dejó pegada a mi cuerpo.

— Qué haces... — dijo sobre mis labios.

— Nada, solo...pensé que con el calor de tu cuerpo se me pasaría más rápido el frío. — dije excusándome.

— Aha, entiendo, así que ahora soy tu cobija. — dijo frunciendo el ceño.

— Algo así. — sonreí pícara.

— Eres de lo peor. — me dijo luego de fundir sus labios con los míos.

Así pasó el resto de la tarde. La pasamos hablando, mimándonos, comiendo, bebiendo y haciendo tonterías, ya que afuera había una gran tormenta.
Luego de cenar nos sentamos en el sofá con algunas cobijas y un balde de pochoclo a ver una película de terror, una de esas con mucha sangre y suspenso que tanto me gustan. Aunque Julianne se veía realmente aterrada y un extremo desagrado en su expresión.

— Por dios Amanda, qué carajos es esto. — dijo observando la pantalla con desagrado.

— ¿Zombies? — dije comiendo de mi pochoclo.

— Es asqueroso, definitivamente. — dijo cubriéndose con la cobija. — ¿De verdad te gustan esta clase de películas? — preguntó observándome.

— Me fascinan. — reí por las muecas de su cara, era realmente graciosa su reacción.

— Pues tendremos un problema. -- dijo meciendo la cabeza.

— Eres hermosa hasta cuando algo te desagrada. — dije observándola.

— Claro que no. — rió.

— Claro que sí. — dije acercándome a ella y observando su boca, ella hizo lo mismo.

Era increíble cómo deseaba sus labios a cada instante. Jamás me cansaba de ellos, era un constante deseo de besarlos, saborearlos, sentirlos. Me fascinaban.
Dejé de privarme de su boca y me lancé a besarla con desespero, como si hicieran semanas que no la besara.
Un momento después decidimos ir a acostarnos para descansar, había sido un día bastante largo.
Me prestó un pijama de los que tenía en su ropero, y aunque sonara ilógico olía a ella, a su piel. Me lo puse con mucho gusto.

Cuando amarte no sea pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora