Capítulo 9: Desmoronarse

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"Tengo que advertir que el vocabulario de este capítulo puede ser ofensivo para algunas personas. Se han empleado palabras fuertes y obscenas, así que queda en manos del lector la responsabilidad de leer el capítulo"

¿Conocéis ese momento, en el que todo parece completamente perfecto? Ese momento en el que todo está bien, perfecto. Sientes que absolutamente todo, en tu vida, marcha bien, y sientes que eres sencillamente, feliz. Aquel curso aprendí que nada dura para siempre, y mucho menos la felicidad.

La semana pasó mucho más rápido de lo que creía, y antes de darme cuenta la semana pasó volando.

Era domingo por la tarde, y estaba en casa de Raúl. Su hermana mayor no había podido volver de la universidad, como había prometido, para visitarlos, así que su madre y su hermana pequeña decidieron ir a darle una sorpresa.

Raúl me invitó a cenar con él en su casa. Íbamos a ver, como cada semana, Downton Abbey juntos. Pero aquella no era la única razón por la que habíamos quedado, había algo que mi mejor amigo tenía que decirme, y por su cara notaba que no me iba a gustar. Sabía que sería algo malo, y lo cierto era que desde hacía días todo había empezado a desmoronarse.

Todo comenzó el miércoles durante la hora del almuerzo. Ni María ni Carlos habían aparecido en la cafetería, y eso nos hizo preguntar, a Alicia, Raúl y a mí, dónde habrían metido. En cuanto terminamos de comer decidimos ir a buscarlos, pero de pronto Luis llamó a Alicia al móvil, para contarle algo de lo que yo me enteraría al día siguiente, y al final solo fuimos Raúl y yo a buscar a nuestros amigos.

Los encontramos, pero ni mi amigo ni yo nos atrevimos a decir que estábamos ahí. María y Carlos estaban teniendo una gran discusión, y parecía que era muy seria. Mi amiga estaba en pleno ataque de histeria, y su novio no parecía tener intención de hacer nada para calmarla, más que gritarle.

- ¿Por qué tienes que irte?

- ¿Por qué te importa? ¡Es solo un fin de semana!

- No es solo un fin de semana. Me estás ocultando algo, me ocultas algo desde el verano, desde que volvimos a encontrarnos.

- No digas tonterías...

- ¡Es cierto! Te fuiste a ese festival de música y desde entonces me ocultas algo. ¿Crees que soy tonta? ¡Porque no lo soy! Tengo una puta media de nueve con siete, ¿te crees que no soy capaz de darme cuenta de que mi novio me miente?

- Mira, estás muy alterada, será mejor que hablemos cuando te calmes -hizo ademán de irse pero María lo agarró por el brazo-. Suéltame -gruñó.

- ¿Me estás engañando? ¿Es eso?

- ¿Pero qué dices?

- ¡Dime la verdad! ¿Hay otra? ¿Te enrollaste con otra durante el verano?

- Paso de seguir discutiendo.

- Pues lo siento, pero no te vas a ir hasta que me respondas. ¿Te has acostado con otra? Desde que volviste del festival no hemos quedado ni un solo fin de semana porque vas a visitar a tu primo -hizo comillas en el aire-. ¿Te reunes con ella? ¿Te vas a follar con esa? ¡Dime la verdad!

- ¡No me he acostado con ninguna! Eres la única mujer con la que me he acostado en toda mi puta vida.

- ¿Entonces qué pasa?

- Querías una respuesta y te la he dado. No te he engañado con ninguna chica, y ahora, si no te importa, me voy, porque paso de seguir discutiendo con mi novia.

El desmoronamiento siguió a la tarde siguiente. Estaba haciendo mis deberes en mi habitación cuando Daniel entró y me dijo que quería hablar conmigo. Se sentó en mi cama, y yo me acerqué a él con la silla rotatoria.

Te amaré, eternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora