— Deberías de vestirte -dije sin dejar de pasar el cepillo por mi pelo húmedo.
— Quiero quedarme así, tu cama es comodísima -dijo metiendo los brazos por debajo de una de las almohadas. Apoyó su cara en ella y giró el rostro para mirarme.
— Es el edredón, es genial -dejé el cepillo sobre la cómoda y me acerqué a mi cama-. Tienes que vestirte, tanto tu padre como mi madre pueden venir en cualquier momento.
— ¿Y?
— Pues que estás desnudo, en mi cama -me senté sobre el colchón y me fijé en el tatuaje que tenía sobre el omóplato izquierdo; el mismo tatuaje que tenía yo.
— ¿Qué más da? Ya saben que nos acostamos, de hecho mi padre me compra condones casi mensualmente.
— Me da igual que sepan que nos acostamos, no significa que tengan que saber cuándo nos acostamos.
— En serio, ¿no te ha gustado? Porque a mí me ha encantado y lo único que quiero ahora mismo es quedarme aquí relajadamente.
— Será que me he duchado y tengo la mente despejada -me tumbé a su lado, pero de espaldas al colchón-. ¿De verdad te compra condones mensualmente?
— Sí, de verdad. No quiere ningún embarazo prematuro.
— Tranquilo, quedarme embarazada tampoco está entre mis planes; o al menos por ahora. ¿Y sabes qué no está entre mis planes? -me incorporé apoyándome en mis antebrazos.
— ¿Qué?
— Que nos pillen nuestros padres, así que muévete -le arrebaté la almohada en la que estaba tan cómodamente apoyado-. Vístete.
— ¿Por qué eres tan aguafiestas? -se levantó, lentamente y se puso su ropa interior.
— Uno de los dos tiene que ser el sensato de la relación.
— ¿Te consideras la sensata de la relación?
— ¿Acaso te consideras tú?
— Soy yo el que estudia en la universidad y se va a ir de casa -se puso los vaqueros y miró de un lado a otro-. ¿Y mi camiseta?
— ¿Llevabas camiseta cuando has irrumpido en mi habitación y me has tirado sobre la cama? -rodé los ojos al recordar el cómo había entrado en mi habitación, sin llamar, y me lanzó, literalmente, sobre el colchón.
— Es cierto -asintió y volvió a tumbarse sobre la cama.
— Alguien sensato no haría eso.
— ¿Tengo que recordarte lo que me hiciste el cuatro de julio detrás de aquel...
— Calla -lo interrumpí poniendo mi dedo índice sobre sus labios.
— Vale, pero que conste que me encantó -le dio un besito a mi dedo y después me guiñó un ojo-. Igual tendremos que mudarnos a Houston tras casarnos, parece que ese es el único sitio donde dejas de lado la "sensatez".
— Por Dios... -miré al techo estrellado mientras negaba con la cabeza-. En buen momento se me ocurrió hacer aquello.
— Y en un sitio público.
— Calla... -murmuré y él rió-. Te juro que no lo volveré a hacer, ni en privado.
— Con eso no se bromea -dijo muy serio.
— ¡Serás vicioso! De verdad que no lo volveré a hacer.
— Katherine Holmes, si tu no lo haces yo a ti tampoco -dijo, aun más serio si era posible, y estallé en risas.
— No lo harás, te encanta hacérmelo.
— Pues sí, lo admito, ¿no te gusta la inversa?
— Prefiero recibir que dar.
— Katyyyyy, por favor, no dejes de hacerlo -me abrazó por la cintura y apoyó su mentón en mi hombro-. Por favooooooooor -en aquel mismo instante escuchamos como se cerraba la puerta de la entrada.
— ¡¿Hay alguien?! -preguntó Rob.
— ¡Arriba! -contesté-. Mejor vete a tu cuarto y termina de vestirte -le dije a mi novio que se levantó refunfuñando.
— Si te crees que esta conversación termina aquí, te equivocas.
Salió de la habitación y se dirigió a la suya antes de que a su padre le diese tiempo a subir y verle con su vestimenta.
Me levanté de la cama y cogí mi móvil del escritorio, ya me había dado cuenta de que llevaba un buen rato con la luz LED azul parpadeando.Desbloqueé la pantalla y vi que tenía un nuevo email.
< No es posible... >
De: pesadillaenelmstreet14456@gmail.com
Ojalá tu y tu novio os limitarais a quedar en la intimidad, o mejor, ojalá no quedaseis. Me es repugnante. Te daría la enhorabuena por eso de que os vayáis a casar, pero dudo que llegue a haber boda.
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No podía ser, aquello ya se estaba pasando de castaño oscuro. Creía que después de tantos días sin recibir mensajes de pesadillaenelstreet, el autor de la broma ya se habría cansado, pero parecía ser que no.
¿Y cómo demonios sabía lo de la boda? Yo no se lo había dicho a nadie, y Daniel tampoco. Ninguno de los dos había tenido tiempo de ello, le había dicho que sí hacía tan solo unas horas.
¿Quién demonios nos había escuchado? Tenía que ser alguien que estuviese en aquella misma cafetería y para ello...
< No me jodas. >
De: katy.holmes@gmail.com
¿Tan aburrida estás Diana? ¿Tan aburrida como para mandarme esta mierda? ¿No tienes nada mejor que hacer con tu vida? Déjame en paz. ¿Te jode que esté con Daniel? ¿Es eso? Pues vete asumiéndolo.
Enviar |
De: pesadillaenelmstreet14456@gmail.com
Ya nos veremos.
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¿Capítulo corto? ¿Aburrido? ¿Poco original? Sí, sí a todo. ¿Y la razón? Exámenes finales.
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Te amaré, eternamente
RomanceTercera parte de la novela Enamorada de mi hermanastro. © Todos los derechos reservados. Esta totalmente prohibida la copia o adaptación de la historia. En caso de plagio, se tomarán medidas legales de manera inmediata. Al igual que todas mis d...