Capítulo 3: Love Really Hurts

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— Katy, ¿podemos hablar? -preguntó mi madre entrando en la cocina.

— Claro. ¿Té? Acabo de poner agua hirviendo.

— Sí, claro -abrió la nevera y sacó de dentro un huevo y bacon-. ¿Solo vas a comer eso? -preguntó señalando mi bol de cereales.

— No tengo mucha hambre.

— Ya... -puso aceite a calentar en una sartén-. ¿Cuánto bebió Daniel anoche?

— Em... ¿a qué viene esa pregunta?

— Viene a que Rob se estaba duchando en nuestro baño así que he ido al del pasillo y me he encontrado a Daniel durmiendo en el suelo.

— ¿Qué? ¿Sigue ahí?

— Yo al menos no lo he despertado.

Me bajé del taburete en el que estaba y subí las escaleras hasta la segunda planta. Entre en el baño que compartíamos Daniel y yo, y efectivamente, me lo encontré en el suelo hecho un ovillito. Me agaché a su lado y le zarandeé el hombro.

— Dani, despierta.

— No grites... -murmuró.

— No estoy gritando. ¿Pero cuánto bebiste anoche? Cuando volvimos a casa no parecías estar tan mal -abrió los ojos y los cerró rápidamente cuando lo cegó la luz del baño-. Me muero.

— No, no te mueres. Pienso vivir muchos años a tu lado antes de que alguno de los dos muera.

— Tengo frío... -murmuró.

— No me extraña. Venga, levántate, tienes que comer, no es bueno tener el estómago vacío con resaca.

— ¿Qué hago aquí? -preguntó cuando miró alrededor.

— Eso mismo me gustaría saber a mí -le acaricié el pelo-. Venga, vamos a desayunar.

Lo ayudé a levantarse y ambos salimos, en el preciso momento en el que el padre de Dani salía de su habitación y soltaba una gran carcajada al ver a su hijo.

— Déjame -gruñó Dani.

— Eres mayor de edad, no puedo evitar que bebas. Pero venga ya, das pena. Ten un poco más de aguante, demuestra hijo de quién eres -bajó las escaleras mientras comenzaba a cantar una canción Billy Ocean.

— Ay... me muero... -dijo apoyando su cabeza en mi hombro.

— Tengo que admitir que te pones muy tierno cuando te estás muriendo -le di un besito en el cuello.

(***)

Baby, love really hurts without you. Love really hurts without you. And it's breaking my heart but what can I...

— ¿Desde cuándo eres el fan número uno de Billy Ocean? -murmuró Daniel mirando como la aspirina se disolvía en el agua.

— Desde que el idiota de mi hijo decidió salir anoche y pillarse una cogorza de narices. You walk like a dream and you make like you're Queen of the action...

— Basta... -suplicó apoyando la cabeza sobre la encimera.

— Eh, la cabeza arriba. Es tu culpa estar así, ahora a apechugar -dijo cesando la canción.

— ¿Me pasas la mermelada? -me preguntó mi madre.

— Claro -le pasé el bote y seguí comiendo mis huevos. Lo cierto es que sí tenía hambre, lo que tenía era pereza para ponerme a cocinar.

— ¿A qué hora vienen todos? -me preguntó mientras untaba su tostada con la mermelada de albaricoque.

— Raúl vendrá hacia las seis para prepararlo todo, pero los demás vendrán hacia las siete y media. Algo tarde, pero Downton merece la pena.

Te amaré, eternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora