— Katy, ¿podemos hablar? -preguntó mi madre entrando en la cocina.
— Claro. ¿Té? Acabo de poner agua hirviendo.
— Sí, claro -abrió la nevera y sacó de dentro un huevo y bacon-. ¿Solo vas a comer eso? -preguntó señalando mi bol de cereales.
— No tengo mucha hambre.
— Ya... -puso aceite a calentar en una sartén-. ¿Cuánto bebió Daniel anoche?
— Em... ¿a qué viene esa pregunta?
— Viene a que Rob se estaba duchando en nuestro baño así que he ido al del pasillo y me he encontrado a Daniel durmiendo en el suelo.
— ¿Qué? ¿Sigue ahí?
— Yo al menos no lo he despertado.
Me bajé del taburete en el que estaba y subí las escaleras hasta la segunda planta. Entre en el baño que compartíamos Daniel y yo, y efectivamente, me lo encontré en el suelo hecho un ovillito. Me agaché a su lado y le zarandeé el hombro.
— Dani, despierta.
— No grites... -murmuró.
— No estoy gritando. ¿Pero cuánto bebiste anoche? Cuando volvimos a casa no parecías estar tan mal -abrió los ojos y los cerró rápidamente cuando lo cegó la luz del baño-. Me muero.
— No, no te mueres. Pienso vivir muchos años a tu lado antes de que alguno de los dos muera.
— Tengo frío... -murmuró.
— No me extraña. Venga, levántate, tienes que comer, no es bueno tener el estómago vacío con resaca.
— ¿Qué hago aquí? -preguntó cuando miró alrededor.
— Eso mismo me gustaría saber a mí -le acaricié el pelo-. Venga, vamos a desayunar.
Lo ayudé a levantarse y ambos salimos, en el preciso momento en el que el padre de Dani salía de su habitación y soltaba una gran carcajada al ver a su hijo.
— Déjame -gruñó Dani.
— Eres mayor de edad, no puedo evitar que bebas. Pero venga ya, das pena. Ten un poco más de aguante, demuestra hijo de quién eres -bajó las escaleras mientras comenzaba a cantar una canción Billy Ocean.
— Ay... me muero... -dijo apoyando su cabeza en mi hombro.
— Tengo que admitir que te pones muy tierno cuando te estás muriendo -le di un besito en el cuello.
(***)
— Baby, love really hurts without you. Love really hurts without you. And it's breaking my heart but what can I...
— ¿Desde cuándo eres el fan número uno de Billy Ocean? -murmuró Daniel mirando como la aspirina se disolvía en el agua.
— Desde que el idiota de mi hijo decidió salir anoche y pillarse una cogorza de narices. You walk like a dream and you make like you're Queen of the action...
— Basta... -suplicó apoyando la cabeza sobre la encimera.
— Eh, la cabeza arriba. Es tu culpa estar así, ahora a apechugar -dijo cesando la canción.
— ¿Me pasas la mermelada? -me preguntó mi madre.
— Claro -le pasé el bote y seguí comiendo mis huevos. Lo cierto es que sí tenía hambre, lo que tenía era pereza para ponerme a cocinar.
— ¿A qué hora vienen todos? -me preguntó mientras untaba su tostada con la mermelada de albaricoque.
— Raúl vendrá hacia las seis para prepararlo todo, pero los demás vendrán hacia las siete y media. Algo tarde, pero Downton merece la pena.
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Te amaré, eternamente
RomanceTercera parte de la novela Enamorada de mi hermanastro. © Todos los derechos reservados. Esta totalmente prohibida la copia o adaptación de la historia. En caso de plagio, se tomarán medidas legales de manera inmediata. Al igual que todas mis d...