El lunes siguiente me fui a El Molino durante el descanso de media hora. Apenas había dormida la noche anterior pues todos mis seres queridos habían pensado desmoronarse al mismo tiempo, y mi cerebro no era capaz de asimilarlo todo a la vez.
Así que me pedí un café y después me escondí en la parte de atrás del instituto. Siempre que me sentía agobiada me gustaba sentarme en las escaleras de incendio. Era un sitio tranquilo, al que nadie iba, y me gustaba pasar el rato ahí.
- Por fin te encuentro -dijo Raúl apareciendo de pronto.
- Genial... -rodé los ojos-. Quería estar a solas.
- Lo supongo, estás en tu rincón -se sentó frente a mí-. He tenido gimnasia, acabo de salir de las duchas.
- ¿De verdad? Ni lo había notado con el pelo mojado y la bolsa de deportes.
- No te pongas en ese plan -me pegó un manotazo en la pantorilla-. La ironía no te sienta nada bien.
- No he tenido buena noche.
- Ya, pues tengo que hablar contigo de Carlos.
- ¿Qué pasa con él? ¿Ha roto con María?
- No, pero no me extrañaría que lo hicieran.
- ¿Qué? -dejé el vasó de cartón, que contenía el café, en un escalón más arriba del que estaba sentada, y me abracé las rodillas con los brazos.
- Sabes que tenemos educación física juntos, ¿verdad?
- Sí.
- Bueno, pues estábamos en los vestuarios y al cambiarnos de ropa me he fijado en él. Está lleno de marcas.
- ¿Marcas?
- Sí, marcas. Tiene chupetones por el pecho y por el cuello. Lleva puesto un pañuelo en el cuello así que no se los podrás ver, pero las tiene, y también tiene arañazos. No entiendo mucho de ellos, pero no me parecen que sean del gato de María.
- Bueno, podrían ser de María, ¿no?
- No creo. El jueves a la noche nos fuimos al gimnasio y no me pareció que tuviese ninguna marca. El viernes almorzamos juntos y en cuanto salimos de aquí se fue para donde su primo -hizo comillas en el aire como había hecho María hacía unos días-. Así que si él y María no se lo montaron el viernes en el descanso de media hora en los baños, ya sabes lo que eso implica.
- Bueno, lo cierto es que el año pasado me los encontré liándose en uno de los baños.
- Katy...
- Lo sé -asentí-. Sé que no es el caso. María me dijo que llevan tiempo sin intimar, que se besan y no mucho más. Pero es que es Carlos.
- Te entiendo, yo tampoco me lo puedo creer. Además, me pareció que no mentía en la discusión del otro día.
- Tal vez no mintiese, puede que no hayan llegado a acostarse, pero sí creo que está engañando a María.
- ¿Qué demonios está pasando con todos nosotros?
- Eso mismo me pregunto yo.
(***)
Cada vez queda menos,
¿Preparada para esta tarde? 13:01Preparadísima. Tengo muchas ganas Espero que mi profesor sea bueno ;) 13:01
Por favor, tu profesor es excelente XD 13:02
- Katy, ¿podemos hablar?
Miré para arriba y me encontré con los ojos grises de Rose. Guardé el teléfono en el bolsillo trasero de mis vaqueros.
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Te amaré, eternamente
RomanceTercera parte de la novela Enamorada de mi hermanastro. © Todos los derechos reservados. Esta totalmente prohibida la copia o adaptación de la historia. En caso de plagio, se tomarán medidas legales de manera inmediata. Al igual que todas mis d...