Capítulo 27: Percance

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Narra Daniel

— Eres idiota -dijo Diana tras escuchar la pregunta que le había hecho. Estábamos sentados en una de las mesas de la cafetería que daban al jardín; Oliver había ocupado mi sitio en la mesa en la que estaba anteriormente sentado con Luis. 

— Eso no responde a la pregunta que te he hecho. ¿Has tenido algo que ver?

— Dani, ¿qué sacaría yo de todo esto? Fuiste tú el imbécil que me utilizó, ¿qué sacaría yo de amenazar a Katy? -se llevó un trozo de pan a la boca y lo masticó con calma. 

— No lo sé, ¿hacerme daño haciéndole daño a ella?

— Eso suena a psicópata, ¿crees que soy una psicópata?

— Supongo que no -me encogí de hombros-, entonces ¿qué crees que le pasa?

— ¿Honestamente? Yo me creo que te engañase. Y ni siquiera me creo que fuese con un desconocido como te dijo ella. ¿Qué hay de aquel chico con el que salía? Siempre que veo a Katy la veo con él.

— ¿Raúl? No, no, imposible, son amigos. Es imposible que me haya engañado con él. 

— Son amigos, pero te recuerdo que estuvieron saliendo, y esas cosas no se olvidan. Yo por ejemplo no puedo olvidar el cómo se besaron aquella vez que coincidimos en aquella cafetería. Estaba claro que a él no le hubiese importado llevarla a los baños para montárselo juntos y ella tampoco...

— Basta -la callé-. Es imposible, Katy no se ha enrollado con Raúl.

— Yo solo digo que de noche, en una discoteca, y después de haber bebido unas cuentas copas, la gente hace estupideces. No digo que lo haya hecho, solo que podría ser.


Narra Luis

— ¿Y crees que mi hermana está amenazando a Katy? -preguntó Oliver cuando le planteé mi teoría. 

— Todos tenemos enemigos pero ¿quién haría algo así? Mira, cuando estaba en el instituto un idiota me amenazaba con darme una paliza si no le daba mis apuntes o si me negaba a dejarle copiar en los exámenes. Y en la medida de lo posible, eso es normal, pero amenazar o chantajear a alguien para que rompa con su pareja no es normal. 

— Lo entiendo, pero ni siquiera sabéis si ese es el caso. Lo único que tenéis es la sospecha de Daniel de que Katy no la engañó. 

— Yo tampoco creo que Katy engañase a Daniel, a ver, es Katy. Siento que te haya sentado mal mi teoría, sé que Diana es tu hermana pero...

— Lo averiguaré, no te preocupes -se cruzó de brazos y miró fijamente a su hermana-. Es mi hermana pero no es precisamente la mejor persona del mundo, y supongo que tu también lo sabes -sonrió con sorna-. Hablaré con ella en casa y te diré lo que averigüe. 

— Gracias. Por cierto, ¿qué tal te va con Carlos?

— Bien, bueno, todo lo bien que se pueda estar con alguien que sigue sin haber salido del armario frente a su familia. Sé que no llevamos mucho juntos oficialmente, pero sabe que es gay desde hace meses, tener novio no debería de ser un requisito para salir del armario, debería de decirlo sin más. 

— Sería un gran golpe para su familia. Según Katy sus padres se disgustaron muchísimo cuando María y él rompieron, imagínate cómo se quedarán si descubren que rompieron porque es homosexual. 

— ¿Y qué va a hacer? ¿Esperar a tener dieciocho y decírselo por teléfono porque está en la universidad y vive en alguna residencia?

 — Al menos así no le echarán de casa -bromeé.

Te amaré, eternamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora