El poder que podría darles

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Miles logro llegar hasta el comedor donde el esqueleto de Jeremy Blaire seguía sentado.

Había leído informes sobre el trabajo de ese sujeto y se alegraba mucho ahora de verlo así.

Escucho pasos acercarse y se ocultó bajo la mesa.

-amor perdona que te olvidara aquí, pero ahora que al fin tenemos a Park podremos comenzar a trabajar en ti...-

El hombre volvió a irse pero dejo al esqueleto sentado en aquella silla.

Miles salió de la habitación sin mirar atrás.

Pero unos ausentes ojos lo miraban desde aquellas cuencas vacías.

Si aquel hombre hubiera mirado una vez más su esqueleto se daría cuenta que este comenzaba a moverse.

Además de la sombra nueva que comenzaba a rodear su cuerpo, generando una especie de piel y musculo sobre sus huesos.

Puede que ya no tuviera cerebro desde hace tanto, pero eso no significaba nada.

De algún modo el Walrider se había fijado en él, y lo estaba regenerando.

El porque no importaba, solo sabía que tenía mucha suerte, y que aprovecharía para completar sus planes esta vez.

Mientras veía las primeras venas formarse, trataba de recordar lo que había pasado.

Sabía que antes de poder escapar Frank manera le había herido de gravedad, pero pudo esquivarle y llegar hasta el vestíbulo.

Estaba muy seguro que el los de "limpieza" vendrían para contener el incidente, y casi 20 minutos después comenzaron a llegar.

Pero el Walrider y algunos pacientes los eliminaron de inmediato.

Su celular ya no funcionaba y sabía que tenía ya poco tiempo.

La herida en su pecho lo seguía matando lentamente, y solo tenía una opción para sobrevivir.

Saco la jeringa que guardaba en su traje y se inyecto aquella sustancia.

Un pequeño extracto del Walrider, con el cual podría tener una oportunidad de sobrevivir.

Pero fue todo lo contrario, esa sustancia comenzó a carcomerlo por dentro.

Era como beber acido.

Todo su trabajo había sido una mierda, y ahora hasta su preciada empresa sufriría por eso.

Pero aun cuando su cuerpo fuera destruido, era como si aún tuviera conciencia.

Vio todo lo que ocurrió en aquel lugar, desde que el idiota de Waylon Park entregaba a un bebé a aquel sujeto y volvía al asilo, hasta que sintió como Andrew lo sacaba de entre los escombros.

Andrew siempre fue un sujeto patético que le estorbaba algunas veces, pero ahora parecía una buena idea haber jugado con él.

Aunque tener que soportar sus interminables pláticas y sus enfermas muestras de afecto por los últimos años comenzaba a aburrirlo.

Pero la plática de Richard Trager y la aparición de Walrider después de tanto tiempo, le habían dado una última oportunidad.

Se puso de pie después de tanto tiempo, ajustando la corbata que tenía en su cuello.

Miro sus manos y se sintió satisfecho de ver de nuevo sus dedos con piel y poder moverlo a su antojo.

Incluso se dio el tiempo de estirarse y tomar un puro de la vitrina hiendo a la cocina por un encendedor para disfrutar de sus nuevos pulmones.

Tenía ahora un plan, y parecía divertido aprovechar que nadie esperaría su regreso.

Quien sabe tal vez ahora Waylon Park aceptaría su oferta de ser su perra, y juntos aprovecharían el poder que Walrider podía darles.


La pesadilla de MilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora