Feliz cumpleaños Miles

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El cumpleaños número 10 de Miles Gluskin Park, era el más especial de todos.

Y no era el hecho de que sus padres lo compartían con él.

Ahora tenía una hermana menor a la cual adoraba.

Además su tío había prometido llevarlo a acampar como en los viejos tiempos.

Su vida había cambiado mucho esos últimos 2 años, pero su tío seguía estando siempre a su lado.

Aunque este ahora tuviera a Chris su novio.

Había sido raro verlos besarse la primera vez, pero él ya estaba acostumbrado al ver a sus padres besarse.

Claire le había dicho que era la primera vez que su tío era feliz con alguien a su lado de esa forma, ya que antes salía con tanta gente, pero nadie lograba enamorarlo como el merecía.

Por otra parte sus padres y el Vivian juntos, pero había sido raro en un inicio.

El seguía levantándose esperando ver a su tío dormido en el sofá por trabajar hasta tarde.

En cambio veía a su madre hacer el desayuno, y su padre diseñando vestidos en la mesa del comedor.

Era una situación diferente, a veces se sentía extraño y pensaba que despertaría y su tío lo llevaría a la escuela, y sus padres serian un misterio para él, creyendo que estaban muertos.

Hacia un año en las terapias familiares se enteró del pasado de sus dos padres.

Conocía de antes a la ex esposa de su madre, Lisa, y a sus medios hermanos.

Pero de su padre apenas y sabía pocas cosas, y durante las terapias supo que él tenía problemas psicológicos por cosas que sus padres y un tío habían hecho.

No le habían querido contar el que, pero si el que hizo mucho daño a varias personas y que ahora pagaban una condena por ello.

Él no quería comentar que Walrider le había mostrado lo que su padre había hecho en el asilo, no le parecía importante por ahora.

Ya hablarían de eso más tarde, lo importante era que tenía una familia y que serían felices todos juntos.

Y esto se logró cuando llego su hermanita Ángel Gluskin Park, una pequeña rubia de ojos azules.

Miles de verdad creía que la pequeña era un hermoso Ángel, sobre todo cuando reía con sus bromas y juegos.

Una niña muy alegre y traviesa, pero sumamente cariñosa.

Su madre siempre le pedía ayuda con su hermanita, para que ambos jugaran mientras el hacia la comida o simplemente le leyera su libro favorito, Doctor Zeus.

Por su parte su relación con su padre Eddie al inicio fue complicada, sobre todo por el mal genio que este tenía.

Pero después de hablar con los psicólogos él había entendido algunas cosas y ambos hicieron el esfuerzo por hablar más.

Sus pasatiempos eran diferentes, excepto por el dibujo, y eso los unió bastante.

Incluso fueron a clases de arte juntos, con tal de pasar más tiempo de calidad los dos.

Con su madre las cosas eran más tranquilas, él era muy comprensivo y cariñoso.

Todas las noches le llevaba a la cama y le daba un pequeño beso en su frente.

Los fines de semana iban juntos al parque para divertirse al menos una hora, iban por un helado o por dulces para comer a espaldas de su padre, porque siempre los regañaba por comer esas pequeñas porquerías, como él llamaba a sus caramelos preferidos.

Tomaban muchas fotos juntos, sobre todo ahora de su hermanita.

Miles ya había completado dos álbumes de fotos de todo lo que su hermana hacia, desde su llegada a la casa, hasta sus pequeñas burbujas de saliva.

Pero las cosas más importantes para Miles era el tiempo que aun pasaba con su tío.

Los días que salían los dos, o cuando Chris también iba.

Su tío jamás lo dejo solo, incluso cuando peleaba con su padre él le escuchaba y aconsejaba.

Sin importar los cambios Miles Upshur siempre seria su padre, él le había enseñado muchas cosas y le cuido de la forma que solo un padre podía hacer.

Incluso le había seguido organizando sus fiestas de cumpleaños.

Y esta no era la excepción.

Ambos querían una fiesta con temática espacial, incluso Chris y su tío le construyeron un pequeño cohete de madera para que sus amigos y el festejaran.

Claire le compro su traje de astronauta, y su novio Alex le había conseguido una piedra lunar para que pusiera en su escritorio.

Su madre le había comprado un enorme pastel con forma de cohete, además de conseguir muchos adornos de estrellas y planetas para que su jardín pareciera el espacio.

Su padre no parecía del todo feliz, él quería hacerle su traje, pero igual le ayudo a su tío a organizar y conseguir las cosas que hicieran falta.

Incluso sus invitaciones tenían la forma de los planetas, y su favorita era la de júpiter.

Sus amigos incluso fueron vestidos con playeras de estrellas o planetas, incluso George había ido disfrazado de alienígena.

Era la mejor fiesta del mundo hasta ahora.

Hasta Chris se divertía mientras correteaba a sus amigos y a él, disfrazado también como alíen.

Su padre había hecho un genial trabajo con esos trajes.

-Miles tu fiesta es increíble...-

-gracias Alex-

-por cierto te conseguí un telescopio, mi tío lo trajo desde Boston ayer-

-gracias amigo...-

-oye tu tío sale con el grandulón verdad...-

-sí, es mi nuevo tío Chris-

-debe ser genial, mi mamá me dice que él fue militar-

-sí, tenemos una foto de el con su escuadrón-

-increíble...-

-ambos lo son...toda mi familia jajaja...-

Su amigo lo tomo por el hombro y le restregó la cabeza con su puño para despeinarlo.

-Miles vamos a partir el pastel-

-claro mamá-

Ambos amigos fueron hasta la mesa del pastel y se acomodaron para ver como su mamá encendía las dos velas con el número 10.

-pide un deseo...-

Esta vez ya no tenía más deseos que pedir, ya lo tenía todo.

Vio a todos los presente, desde sus padres, su hermana, sus tíos y Claire.

Sus amigos que le cantaban feliz cumpleaños.

El ya no quería nada, porque ya tenía una hermosa y perfecta familia.

Pero entonces recordó algo.

Soplo las velas y se perdió entre el ruido de los aplausos.

Los flashes de las cámaras lo segaron momentáneamente.

Sonrió mientras que él y Alex peleaban con ver quien llenaba más de pastel la cara del otro.

Vio a ángel reír en los brazos de su madre, quien negaba con la cabeza mientras reía.

Su tío comenzó a cortar el pastel restante para repartirlo entre todos los niños.

Su vida al fin era perfecta.

Y pudo ver en los ojos de su padre que la de él también lo era.

Eddie y Miles Gluskin al fin tenían la vida y la familia.

Que siempre desearon.

La pesadilla de MilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora