La pesadilla de Miles

Ya no estaré solo

Habían pasado ya tres semanas desde el hecho.

Los oficiales les habían informado que encontraron a Richard vivo entre los escombros, sumamente quemado y herido.

Pero aun respiraba.

El maldito era inmortal, pero ahora pagaría por todo lo que hizo.

Encerrado en una cárcel de máxima seguridad.

También encontraron los cadáveres de 15 ex pacientes.

John quien había escapado con ayuda de Miles, se había reunido con su familia quienes le apoyaban en su recuperación.

Los oficiales le pagaban un tratamiento bastante largo, pero su cuerpo se curaría lo suficiente para verse más humano de lo que ahora estaba.

Chris y Eddie fueron enjuiciados y condenados a cadena perpetua, pero con opción a cumplir condena en bajo la vigilancia de un oficial especializado.

Y ese sería Erick el primo de Claire, quien había llevado todo el caso para apoyar a sus amigos.

Claire por su parte no había salido del todo bien, estaba en una silla de ruedas hasta que pudiera terminar sus terapias por la herida que Trager le había hecho.

Pero todo iba mejor y ahora salía con su enfermero, un guapo pelirrojo que la cuidaba y apoyaba desde que ingresó al hospital.

Miles y Eddie habían llegado a un acuerdo especial, junior y sus padres ocuparían la casa donde el pequeño había vivido hasta ahora.

Y Miles se mudaría a la casa de al lado, y cuidaría de junior los fines de semana.

Waylon por su parte había podido volver a hablar con su ex esposa y sus hijos.

Ella estaba feliz de ver que Waylon había encontrado su felicidad, y le apoyo con su relación con Eddie.

Sus hijos ya estaban enterados de mucho de la situación, y cuidaban a Miles como su hermano menor.

Lisa acordó que sus hijos pasaran las vacaciones y algunos fines de semana con Waylon, pero eso sería después de poder conocer más a Eddie.

El pequeño junior miro a su familia y recordó su cumpleaños.

Su deseo se había cumplido, y no solo pudo conocer a sus padres.

Ahora su familia era más grande y especial que nunca.

Ya no estaría solo.

Aunque ahora que lo pensaba nunca lo estuvo.

El Walrider jamás lo dejo solo, y quizás nunca lo haría.

Aunque eso era algo que tal vez sus papás ni su tío debían saber.