Aliviado

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Miles estaba desesperado, hacia unos 3 minutos que Chris se desmayó, y no lograba despertarlo.

La sangre aún continuaba saliendo de la herida, y la respiración se iba deteniendo lentamente.

-desátame Upshur, yo podría curarlo...-

-nunca, te vas a podrir en el infierno...-

Miles lamentaba no tener su pistola para hacer callar al anciano.

Pero entonces otra sombra más pequeña entro corriendo por la puerta, acompañado por el Walrider.

-junior...te dije que...-

El pequeño Gluskin se acercó a Chris para revisarlo, luego miro al Walrider quien entro en el cuerpo de Chris curando rápidamente sus heridas.

Miles miraba como aquel enorme agujero se cerraba y la sangre paraba de salir.

Chris abrió entonces los ojos, y miro a Miles, abrazándolo al instante.

El pequeño sonrió, pero sabía que aun debía encontrarse con ese hombre.

-tío...mis papás...-

-Jeremy se llevó a tu madre, debemos ir por ellos...-

-tienes que sacar a Chris de aquí, sus heridas se pueden volver a abrir.-

-no te dejare solo...-

-tío, por favor ve, nosotros estaremos bien-

-Miles Gluskin Park, no voy a dejarte solo...-

Junior sabia lo terco que era su tío, así que solo se cruzó de brazos.

-bien...pero debemos apresurarnos-

Chris se puso de pie, también quería ir y proteger al moreno y al niño.

Los 4 se fueron y dejaron a Andrew y Trager sentados, mirando con asombro aquella escena.

Eddie por su parte aun buscaba a Waylon, había destrozado cada puerta para encontrarlo y comenzaba a cansarse, ya eran como 20 puertas que rompía.

Pero cuando iba a subir al tercer piso vio a Waylon corriendo hacia él.

A pesar del enojo y la ira tenía que admitir que su amada esposa era muy sensual envuelta entre aquellas telas negras.

Lo abrazo rápidamente y vio como comenzaba a llorar.

-¿Qué sucedió...-

-Billy está vivo....el y Martin me salvaron...-

Eddie apenas y recordaba la cara de aquel hombre, la última vez que lo había visto estaba encerrado en aquella enorme máquina, flotando a través de aquel grueso cristal.

De alguna forma ahora agradecía haber sido forzado en arreglar el motor.

Porque eso había salvado de alguna forma a su pequeño, y también la vida de ambos.

Y aun ahora los mantenía protegidos.

Respiro aliviado contra el cuello de Waylon, queriendo mantenerlo a salvo entre sus brazos.

Justo como aquella noche que Trager se lo entrego.

La pesadilla de MilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora