Es posible que algún día deje de ser zombi y me funda con la materia sideral en el espacio. Es una imagen que conservo de un cómic; y veces cuando pienso en el firmamento estrellado, me imagino deshaciéndome en él. Yo lo llamo la desconexión final. Ojalá llegue pronto, porque esto de no estar ni vivo ni muerto es como no poder comer ni carne ni pescado; pero mejor no te canso y retomo la historia de nuestra victoria.
Tras el partido mi padre esperaba fuera. A Vicente, el padre de Luis, la habilidad de su hijo le venía un poco larga, y de naturaleza desconfiada creía que lo mejor era dejar las cosas como estaban. En noches muy largas, mi padre me lo ha contado muchas veces, por eso sé que Vicente decía:
— Yo hasta que esta gente no me diga, mejor no hago nada.
Vicente siempre se expresaba de esa forma tan ambigua, lo que exasperaba a mi padre, que tenía muy claro quién llevaba las riendas de mi carrera. En realidad él a lo que aspiraba era a ser mi representante. Como tantos padres de futbolistas.
—Yo creo que en manos de un profesional siempre tendrán más oportunidades —dijo Miguel, el padre de Manolo, que se frotaba las manos contra el pantalón, ya impaciente por irse a casa. Para mi padre, el padre de Manolo siempre sería un pusilánime, un apocado, sin poder perder de vista ni un momento a su mujer, ¡vaya cruz! la madre de Manolo, de la que he sabido que murió hace ya tiempo, no sé si dos o tres años, porque como no consigo llevar bien el tiempo a veces me pierdo un poco.
— No lo veo yo claro —seguía mi padre en sus trece— que las cosas cambian mucho desde el momento en que son profesionales.
— ¡Hombre! —le decía Miguel— en el club se están portando muy bien con ellos.
— Hasta que se cansen. De todas formas a mí lo del representante no me convence. Pero vamos a ver, ¿no será que vosotros tenéis ya algo visto?— dijo mi padre que siempre fue de naturaleza desconfiada, y lo que más temía era que el padre de Luis o el de Manolo se le adelantaran en colocar a los hijos.
— Hombre, Andrés, hemos hablado con unos y con otros —respondió Miguel un punto avergonzado.
— Si eso ya lo decía yo — aunque en realidad mi padre en lo único que pensaba era en "que te descuidas un poco y te han clavado un puñal por la espalda; estos ya tienen a los niños en un equipo de primera", era lo que de verdad pensaba mi padre, que se alejó de los otros dos para encender un pitillo.
<<Desde el día en que ganaste la liga, porque el gol fue tuyo, yo ya sospechaba lo que iba a ocurrir con Luis, pero entonces no quise preocuparte porque como los dos erais tan amigos, no quería enemistarte con él>> —me ha dicho mi padre muchas veces, que nunca olvida a Luis, ni a su padre, ni mucho menos su traición.
Mi padre no puede escapar del pasado como si fuera una tela de araña que lo aprisiona. Quizás es que piensa que si lo recuerda constantemente podrá cambiarlo, pero todos sabemos que eso es imposible. Por eso se resiste a contarme cosas del presente, que tengo que reconstruir con ayuda de mi hermana sobre todo, o con fragmentos de conversaciones que voy pillando de aquí y de allí. Así he sabido que algo horrible ocurrió un 11 de marzo pero no sé muy bien qué fue; también que Raúl ya no juega en la selección, y no hago más que oír maravillas de Xabi Alonso, Puyol, Casillas o Villa.
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Cuando sea mayor
Fiksi RemajaVíctor está muerto pero sigue vivo. Es un zombi que no da miedo, lo único que quiere es que leas su historia: te está esperando en las páginas de Cuando sea mayor. Víctor quiso ser futbolista profesional, y si quieres saber cómo llegó a convertirse...