Frank miró una última vez a través de las puertas dobles de la salida y luego regresó a dentro. Su hermana ya se había ido a casa y él se había quedado ahí, pero aun así buscaba una excusa para marcharse a pesar de que aquél día durante el almuerzo le había prometido a Gerard ir al club de drama. Había pasado ya una semana desde que las audiciones habían tenido lugar y nuevamente era turno de presentarse ahí, pero no estaba muy seguro de querer ir.
Había comido con Gerard un par de veces más, pero era extraño intentar hablar con él siendo que no se conocían en lo absoluto. Gerard hablaba de algunas cosas referentes a la escuela y a películas que estaban prontas a estrenarse y Ray parecía estar totalmente al día con todo eso, pero él no. Era un extraño en su propia mesa del almuerzo. Pero le gustaba la presencia de los dos. Eran mayores y eran interesantes a su modo. Hablando descubrió que Gerard igual había vivido un tiempo en Jersey, pero hacía más de diez años se habían mudado a Brooklyn después que su padre cambiara la tranquila vida de camarógrafo en un aburrido canal local para convertirse en camarógrafo de algún programa de televisión cuyo nombre no recordaba, aunque seguramente Gerard lo había mencionado alguna vez. Raymond por su parte, era descendiente de puertorriqueños. Su abuelo se había mudado a América cuando todavía era joven por su sueño de convertirse en Director de cine, pero se había enamorado de una actriz de teatro y había decidido quedarse ahí y en lugar de mudarse a Los Angeles se había quedado en New York, para dedicarse a dirigir obras de teatro en Broadway. Él, por su parte, no había querido hablar mucho de su familia. Eran aburridos. Su madre era contable y su padre era ejecutivo en una empresa, se habían conocido y su madre se había convertido en su secretaria y entonces había nacido él, y luego su hermana menor. Su padre, con hambre de poder, había seguido ascendiendo en la empresa y ahora estaban ahí... eso no era mágico en lo absoluto, pero según Gerard era bastante interesante. Aunque seguramente lo decía sólo para que no se sintiera demasiado mal.
Bufó una última vez y tomó el camino para dirigirse al auditorio. La puerta estaba cerrada, pero después de empujarla esta cedió al instante. Esta vez encontró el telón abierto y un grupo de personas sentadas en el piso en medio del escenario, Raymond estaba ahí también, pero no vio a Gerard. Se acercó y Ray le hizo un gesto con la cabeza para que subiera, pero antes de poder tomar asiento la puerta trasera se abrió y Gerard le hizo un gesto con la cabeza. Totalmente agradecido se marchó de ahí y atravesó la puerta.
— Pensé que no ibas a venir —dijo Gerard caminando rumbo a un par de cajas arrumadas contra la pared—, ayúdame con el vestuario. Durante las vacaciones, la escuela de teatro de la Universidad de Artes donó un montón de ropa y necesito que la organicemos por tallas y todo eso.
Frank dejó su mochila abandonada en el suelo y caminó detrás de él, aunque su mirada se detuvo en un rubio adolescente que había visto un par de veces caminar junto a Gerard en los recesos, más nunca le había hablado. Estaba ahí, acostado en el piso alfombrado, con su teléfono celular a dos centímetros de la cara.
— Él es Bert —le informó Gerard al notar su curiosidad—, está aquí por lo mismo que tú, aunque no es de mucha ayuda cuando Ray no está mirando. ¿No es así, Bert?
— Hm... —respondió él, y Frank rió entre dientes.
— Está en casi todas mis clases pero no somos particularmente amigos.
— Cállate, Gerard Way. Tú me amas —exclamó, y Frank lo vio levantarse para acercarse a ellos. Era un par de centímetros más alto que él, pero casi todos eran más altos que él. Tenía el cabello rubio y casi llegaba a sus hombros, sus ojos eran de un azul bastante claro y su rostro era tosco, pero parecía un tipo agradable. Le pasó un brazo por sobre los hombros y palmeó su brazo varias veces— ¿Quién eres tú?
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the drama club • frerard
FanfictionEl nuevo colegio privado es todo lo que Frank jamás deseó. Materias demasiado difíciles, profesores demasiado estrictos, un uniforme demasiado aburrido y un montón de idiotas aburridos. Y obviamente el club de drama al que es obligado a asistir para...