Capítulo 10

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Varios días después de Halloween, aquél beso seguía hormigueando en sus labios. No había recibido otro desde entonces, no habían tenido tiempo para quedarse solos y experimentar qué tan suaves eran los labios ajenos o algo así. Pero Frank estaba bien con eso, tenía tiempo para pensar en el remolino de emociones que crecía en su interior cada vez que veía a Gerard, y también tenía el tiempo necesario para ponerse al día en sus materias. Todo iba normal en su vida personal, aunque tenía la leve sospecha de que sentir esa estúpida atracción por Gerard no era algo particularmente normal. Gerard era un chico, Okay, eso no era un problema. No tenía homófobos pensamientos reprimidos o algo así, y estaba totalmente seguro de que Gerard estaba bastante tranquilo con ese tema también. Nunca habían hablado de su sexualidad, ni con él ni con los chicos, aunque sabía que Ray había tenido una novia hasta hace pocos meses y que Bert solía salir de manera casual con chicas. Gerard, por su parte, era bastante reservado en ese aspecto. Pero lo había besado dos veces más, y eso decía mucho más que un historial de novias o novios o lo que fuera.

Pero lejos de su vida 'sentimental' estaba también la ansiedad por la obra escolar. Nunca le había interesado ese tipo de cosas, pero ahora era totalmente diferente porque estaba poniendo bastante de su tiempo libre ahí. Hace dos días habían hecho un ensayo con vestuarios y escenografía, la escenografía que él mismo había hecho con sus dos manos. Y ahí sentado en las butacas junto a Ray, el director, podía sentir como su piel se ponía de gallina al ver como esos tipos que solía ver con uniforme se convertían en los personajes de la obra. Ray le había explicado que era una historia independiente que una vez habían presentado en Broadway y la historia iba de un joven afroamericano que trabajaba cortando boletos y se enamoraba de la estrella de una obra basada en Romeo y Julieta, y según Frank era totalmente genial que hubiera una obra dentro de una obra, y que la relación de los protagonistas fuera como la de Romeo y Julieta aunque sin la muerte, las familias rivales y esas cosas. Era sólo amor y canciones y vestuario genial y su escenografía de mierda que no lucía tan asquerosa con esas luces. Y la música de Gerard lo hacía todo más genial, y las voces de los chicos eran asombrosas y... Dios, realmente estaba emocionado por la obra.

— Ray dice que todavía hay que corregir algunas líneas del guión —dijo Gerard después de escuchar por décima vez a Frank decir que la obra era lo mejor que había visto en toda su vida—, y los vestidos de las coristas son demasiado cortos. Hay que agregarle tela, aunque yo creo que lucen bien.

— Las piernas de las chicas son lindas —comentó Frank, y Gerard lo miró divertido.

— Como digas —resopló. Y luego se detuvo frente a una cerca. Era una casa tan grande como la Casa Blanca, pensó Frank. Aunque nunca había visto la Casa Blanca en vivo. Lucía totalmente antigua y totalmente genial, como la casa protagonista de una película de terror, aunque esta no lucía terrorífica en lo absoluto. Era bonita— Llegamos a casa.

— Es genial —dijo Frank—, luce enorme.

— Es gigante —convino Gerard, abriendo la reja para invitar a Frank a pasar, y luego lo hizo él también—, cuando llegamos me aterraba un montón.

— ¿Está encantada? —no pudo evitar preguntar.

— ¿Fantasmas y cosas así? —preguntó Gerard, Frank asintió— No... creo. Mikey dijo que una vez vio 'algo' cruzar el pasillo, pero yo digo que fue el gato.

— ¿Un gato fantasma? —intentó Frank.

Gerard rió.

El interior le recordaba a una casa abandonada que había visto en una película de mierda, aunque la casa de Gerard no lucía abandonada en lo absoluto. El piso de madera no rechinaba, las paredes eran bonitas y los muebles lucían demasiado actuales para el espíritu antiguo de la casa. Él no era un decorador de interiores, pero creía que, al menos todo lo que había logrado ver, eran aciertos tras aciertos. Siguió a Gerard hasta la segunda planta, por una amplia escalera que luego doblaba a la derecha. El pasillo también era amplio y bastante iluminado, había varias puertas a cada lado y llegando casi al final, Gerard se detuvo y abrió una puerta.

the drama club • frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora