Capítulo 18

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— ¡Me llegó en la cara, Frank!

Ray se quejó, pero sonreía como un niño pequeño. Para cuando formó la siguiente bola de nieve Frank ya estaba tras la especie de fuerte que había construido junto a Bert tras un grifo de agua. Gerard estaba lejos del grupo, lejos y molesto porque había nieve bajo su ropa y porque su muñeco de nieve —jodidamente genial, según Frank— había sido destruido tres veces ya a manos de sus amigos.

— No es justo que seamos dos y Ray sólo sea uno —Frank se giró a Bert, tenía varias bolas de nieve listas para lanzar—, lo vamos a aniquilar.

— Eso quiere decir que... ¡ahora eres el enemigo! —Bert comenzó a lanzarle las bolas de nieve, y con la última Frank terminó de espaldas en el suelo. Estaba jadeando y sentía mucho calor, pero estaba riendo a carcajadas.

Toda una semana había pasado ya desde que regresaron de Broadway, en un momento había pensado que el maravilloso encuentro sexual con Gerard iba a arruinar en cierta forma lo que tenían, aunque no sabía qué tenían realmente, pero no había sucedido nada en lo absoluto. Nada. Gerard seguía comportándose de la misma forma con él, y amaba eso porque hubiese sido una mierda que las cosas cambiaran. Cuando sus miradas se encontraban se sonreían y un leve sonrojo aparecía en sus mejillas, eso quizás era el único cambio y Frank no sabía bien a qué se debía. Pero eran amigos, amigos que se besaban y que sentían cosas por el otro, amigos que habían perdido la virginidad juntos y les había gustado, pero amigos a fin de cuentas.

— Odio la nieve —dijo Gerard, se había sentado a su lado en el suelo y aun cuando se quejaban, estaba apretando un poco dentro de su guante para darle forma.

— No es tan mala —Frank se incorporó y se acercó un poco a él, la nariz de Gerard parecía una cereza.

— Mi abuelo murió en una avalancha —Gerard alzó la mirada a sus ojos, lucía jodidamente serio y cuando Frank puso cara de espanto se echó a reír—, en realidad no. Eres tan crédulo, Frankie.

— Y tú un hijo de puta —Frank bufó, pero también reía.

— ¿Hablaste con tu madre? ¿Nos podremos quedar en tu departamento?

Frank asintió.

— Dijo que solo no destruyamos nada y no hagamos una fiesta como Proyecto X. Pero fuera de eso sí, estaremos totalmente solos.

— Asombroso, esta vez nos verás hacer rol en vivo —Frank estaba esperando que confesara el consumo ilegal de algún tipo de droga con la que llevaban tiempo esperando experimentar, pero cuando dijo eso se sintió mucho más feliz—, quizás quieras reír porque el vampiro que usaré hoy es italiano y tengo que imitar el acento italiano.

— De seguro te sale genial, todo lo que haces es genial —respondió apoyando la cabeza en el hombro de Gerard. Gerard estaba en silencio, y Frank no preguntó por qué lo cual fue bueno porque si no Gerard hubiese tenido que explicar por qué su rostro lucía así al escucharlo decir cosas lindas. Los ojos de Frank estaban fijos en lo que quedaba del muñeco de nieve de Gerard, y seguía siendo jodidamente genial para él porque lo había hecho Gerard.

— Según Twitter no podemos ordenar pizza por la tormenta de nieve —dijo Frank y cerró el portátil—, así que tendremos que preparar algo nosotros mismos.

— Yo sé cocinar pasta —se ofreció Gerard.

— Si sobrevivir queremos, comer la comida de Gerard no debemos —dijo Bert en su mejor imitación de Yoda. Frank nunca lo había visto tan nerd.

the drama club • frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora