Capítulo 14

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Frank hizo crujir las vértebras de su cuello y luego se dejó caer con la espalda contra la pared hasta llegar al suelo, abrazó sus piernas y reposó la frente sobre sus rodillas. Un largo suspiro salió de sus labios, sus dedos dolían y estaba totalmente seguro de que había bajado por lo menos treinta kilos en un lapso de dos horas. Pero estaba hecho, lo habían logrado y según él tanto el escenario como el auditorio habían quedado perfectamente decorados. Era sábado, y ya era una mierda estar en la escuela el sábado. Creía también que era una estupidez total que ellos tuvieran que decorar el auditorio siendo que ni siquiera iban a hacer algo ahí, sólo era un estúpido evento escolar en donde iban a haber presentaciones.

— Como un concurso de talentos.

Había dicho Ray, pero era estúpido que hicieran un concurso de talentos en Navidad. No tenía sentido alguno. Y aun así había tenido que trabajar para eso. Alzó la cabeza y frunció los labios. Todavía quedaba por lo menos una hora antes de que la gente comenzara a llegar y el club de drama, en donde claramente muchos de ellos estaban preparándose para actuar en el concurso de talentos, estaba reunido en la habitación detrás del escenario. Ray estaba en la puerta, haciéndole un gesto con la mano. Sabía perfectamente qué se venía.

— Bien, chicos —dijo Ray. Frank visualizó a Gerard sentado cerca de él, en el círculo en el suelo. Le había guardado un lugar a su lado y con una sonrisa en los labios lo llamaba a sentarse. Frank sonrió también, pasó a buscar su mochila con el regalo dentro y luego fue a tomar asiento—. Como ya es tradición, este año organizamos nuestro Santa secreto. Todos recibieron papeles con un nombre y es momento de entregar los regalos. ¿Quién quiere comenzar?

Una chica alzó la mano de inmediato. Tenía suaves risos castaños, era delgada y usaba anteojos. Frank la había estado viendo con frecuencia las últimas semanas porque Ray estaba todo el tiempo con ella bajo la excusa de que iba a ser la siguiente directora del club de drama. Según él y Gerard, Ray estaba totalmente enamorado de ella.

— Christa —suspiró Ray cuando la muchacha se aproximó a él— ¿Tú eres mi Santa secreto?

— Sí —respondió ella—. Espero que te guste el regalo. Cuando lo vi pensé inmediatamente en ti. Y, por cierto. Gracias en nombre de todos por ser nuestro director, sin ti no podríamos haber armado una obra tan maravillosa, sé que este año volveremos a ganar en el campeonato regional. Y realmente espero poder seguir con tu legado una vez te gradúes.

Su rostro estaba rojísimo y el de Ray igual, pero ambos estaban en una especie de burbuja y sólo se miraban a los ojos y ni siquiera notaban las estúpidas risitas de Frank y Gerard, que pronto comenzaron a expandirse en el grupo. Ray recibió el regalo y lo abrazó contra su regazo, ni siquiera parecía tener intensiones de abrirlo. De pronto se despegó de los ojos de la chica y le hizo un estúpido gesto con la mano, ambos rieron, y ella volvió a su asiento.

— Muy bien... —suspiró Ray—, el siguiente.

Frank vio a otra chica ponerse de pie y estaba mirando hacia donde iba cuando Ray se acercó a ellos. Su rostro seguía ruborizado, y sonreía como un imbécil, pero intentó poner un rostro serio al referirse a ellos.

— No me gusta Christa —dijo, nadie había preguntado—. Está dos cursos por debajo de mí, es una locura.

— No, no lo es —replicó Frank con gesto escéptico—. Eso sólo importa cuando estás en la escuela. En el mundo real a nadie le importan esas diferencias de edad tan pequeñas.

— Tiene razón —dijo Gerard—, mamá es siete años mayor que mi padre.

— ¿Lo ves? —Siguió Frank— Además es obvio que se...

the drama club • frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora