— Esto apesta.
Frank bufó por lo bajo y volvió a lanzarse sobre el sofá, un par de globos volaron por el aire cuando su cuerpo cayó. Smashing Pumpkins estaba sonando al volumen máximo pero el ambiente en sí seguía siendo una mierda, o al menos eso creía él.
— ¿No ha contestado? —Preguntó Ray.
Bert negó.
— Chicos, ¿Cómo se supone que hagamos un cumpleaños sin el cumpleañeros presente? —Dijo Bert, Frank bufó una vez más.
— Me dijo que iba a venir —repitió—, después de repasar para su examen.
Ray y Bert intercambiaron una mirada significativa, pero ninguno dijo nada. No tenían por qué decir que no tenían ningún examen pendiente que fuese tan importante como para quedarse en casa, ni tampoco que Gerard odiaba con toda su alma todo lo que tuviera que ver con cumpleaños —al menos cuando se trataba de los suyos—. Frank había estado tan emocionado con la preparación de todo, desde hacía casi dos semanas había estado organizando el asunto e incluso se había tomado la libertad de invitar a más personas para que fuese algo impresionante. Bert no se había opuesto, tenía suficiente espacio en casa y una fiesta siempre era bienvenida. Además eran los 18 años de Gerard, realmente era algo importante.
— ¿Y si llamo a su casa?
— No, Ray — murmuró Frank—. Él dijo que va a venir y yo confío en él.
— Pídele a Estela que nos traiga algo para beber —pidió Ray.
— No puedo, hace unos días Estela le pidió a mamá un par de semanas libres porque su madre está enferma, así que estoy solo. Si tienes sed ve y prepárate algo, Ray.
Ray hizo una mueca y se perdió rumbo a la cocina. Frank quiso seguirlo, pero el piso estaba cubierto de globos y no sabía donde debía pisar para no reventar alguno. Más allá, cerca del comedor, había un montón de comida apilada y botellas de alcohol, e incluso tenían algo de hierba. En el refrigerador había un pastel enorme con decorado de Jack Skellington y maldición, incluso tenía unos bóxers con la cara del muy maldito solo para cuando la gente se marchara y estuviera a solas con Gerard, o al menos con algo de calma. Pero el reloj avanzaba... y Gerard no estaba ahí.
— ¡Contesten el teléfono! —Ray gritó desde la cocina.
Frank se apresuró a responder, pero no era Gerard. Era alguien hablando a través del citófono porque querían entrar. Bert lo dejó abierto, y a través de la ventana pudieron ver como uno tras otro los autos fueron llegando, hasta que unos siete estuvieron estacionados ahí y por lo menos ocho personas salió de cada uno de ellos. Pero, muy a su pesar, ninguno de ellos era Gerard.
— Va a venir, amigo —Bert lo rodeó por los hombros y dejó un sonoro beso en su frente—, no se perdería su propia fiesta de cumpleaños.
Frank asintió, no quería hablar porque entonces su paranoia tomaría lugar y realmente no quería eso. Pero, si se ponía a pensar, ¿Qué pasaba si Gerard había tenido un accidente de camino hacia allá? ¿Y si su madre no lo había dejado ir? ¿Y si algo le había pasado a Mikey? ¿Y si había conocido a alguien más con quien pasar su cumpleaños? ¿Y si ya no lo quería y esa era una forma de decírselo sin tener que decírselo realmente? ¿Y sí...?
— ¡Pero miren a quién tenemos aquí!
Frank escuchó gritar a lo lejos y abandonó su lugar frente a la ventana para ir corriendo hacia la fuente de la voz. Vio a Bert abrazando a un tipo de cabello realmente rojo y cuando el abrazo se rompió pudo ver quién era y... maldición, era Gerard. Con cabello rojo.
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the drama club • frerard
FanfictionEl nuevo colegio privado es todo lo que Frank jamás deseó. Materias demasiado difíciles, profesores demasiado estrictos, un uniforme demasiado aburrido y un montón de idiotas aburridos. Y obviamente el club de drama al que es obligado a asistir para...