Capítulo 25

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Nada más escuchar el frenazo  del taxi Angelo entra empujandome delante de él sin ningún tipo de cuidado.

- Tranquilo fiera, que me haces daño - le digo liberándome la muñeca de su agarre, que por cierto me ha quedado marca.

Ja, ni siquiera se digna ha pedirme perdón.

Le da al taxista la dirección y le dice algo más que no logro entender, pero el taxista le mira con cara de malas pulgas y Angelo le devuelve una mirada que da el doble de miedo, el taxista se encoge y acelera.

Típico.

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- Sabes- me dice Angelo nada más bajar del taxi - por tú culpa no hemos podido ir al sitio que tenia planeado.

- ¿Por?

- Porque era un restaurante exclusivo pero como la señorita detesta los vestidos no podemos ir.

- Pues ya lo siento - le digo sintiéndolo en absoluto, bastante que me he probado un vestido.    Entonces ¿a donde me llevas?

- Ya lo verás.

Ya empieza a hacerse el enigmático.

- Me pones nerviosa.

- Ya verás como te gusta.

- No sé, no sé... -Le digo riéndome.

Me esta llevando por un estrecho camino de grava.

- Angelo- le digo al darme cuenta de que hay un cartel donde pone: territorio privado No podemos entrar aquí.

- Sí que podemos, conozco al dueño.

- ¿ Ah, sí?

- Sí, soy yo.

Dos velas para el diablo 2 He vuelto |ACABADA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora