Capítulo 44

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Me guían por un largo camino bastante estrecho. Oigo mis tripas rugir, bueno seguro que los otros dos también pues eso más que parecer que tengo hambre, parece que tengo un terremoto dentro.

No sé donde estamos, solo sé que hace mucho frío y que a pesar de que parecen haber pasado horas, el cielo sigo estando negro.

—Es una ilusión óptica —me dice el chico que no conozco de nada. Está a mi lado mientras ambos seguimos a Angelo— no es de noche, no desde hace tres horas. Por eso tienes hambre, porque para ti ya es la hora de desayunar. Probablemente también tengas sueño. Así que iremos a que comas algo y a que duermas, y cuando te despiertes de nuevo te lo explicaremos todo. ¿Verdad?

Angelo nos mira y pone los ojos en blanco.

—Que remedio.

Después de una larga caminata llegamos a un tipo de bar restaurante, lleno de gente con lo que parece tener una horrible resaca, yo no sé que se siente porque nunca he tenido una, pero Ally sí y sé que se pasa mal.

—Es un bar que abre por las mañanas, muy económico, para que la gente que ha estado de borrachera la noche anterior venga a aquí.

Por lo que puedo ver el tío que no me cae bien es el único que me da explicación alguna, por nimia que sea. Igual ya no me cae tan mal.

—¿Qué se supone que haremos?—le pregunto a él, ya que es el único que parece querer darme respuestas.

—Lo primero será que comas, lo segundo que duermas, y cuando despiertes Angelo y yo hablaremos seriamente contigo.

Dos velas para el diablo 2 He vuelto |ACABADA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora