Capítulo 51

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Corro, mis piernas arden y empiezan a fallar, pero yo sigo corriendo, soy consciente de que no aguantaré mucho más, y de qué no sirve la pena que siga corriendo, ya me han alcanzado, pero tengo que intentarlo, no moriré sin intentarlo.

Estoy sola, absolutamente sola, Angelo desapareció, mis padres, todo el mundo ha desaparecido.

Sé que este es el fin, que aquí se acaba todo, lo sé en cuanto una espada me atraviesa el estómago, y la sangre empieza a emanar sin pausa. ¿Qué como he llegado hasta aquí? Ahora os lo cuento.

Una semana antes

—No seas tonta, Cat. Quédate aquí.

No lo haré, no se lo digo en alto, pero sigo metiendo mis pocas pertenencias en una pequeña mochila.

Soy consciente de que se está acercando a mi, pero me da igual, me dicen que esto puede ser el fin del mundo si yo no lo soluciono, pero luego no me dejan hacer nada.

Día actual.

Mis piernas cada vez arden más, pero aunque quiera parar ya no puedo, siento como si hubieran cobrado vida propia y corren solas sin hacer caso de mis órdenes.

Me siento como Flash, voy tan rápido que siento que vuelo, sé lo que tengo que hacer y sé dónde debo ir. Y nada me va a parar, nada salvo una cosa. Llevo mi espada bien atada a mi espalda, sigo corriendo hasta que mis piernas hacen que mi cuerpo gire solo y me meto en un callejón que parece no tener salida. 

Pero si la tiene y yo sé dónde está, aunque ya es tarde, he tardado demasiado, ya me tienen, ahora sí es el fin.

Dos velas para el diablo 2 He vuelto |ACABADA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora