Dos velas para el diablo 2 He vuelto |ACABADA|

Capítulo 8

Me quedo paralizada sin poder hacer nada.

Es él.

Es mi demonio.

Es... Angelo.

Angelo...

Y ahora si que recuerdo. Todo. Recuerdo todo.

Recuerdo a una chica de dieciseis años entrando en un pub. Recuerdo haber puesto la punta de mi espada en su pecho.

Recuerdo su voz.

Sus sonrisas.

Lo recuerdo a él.

Italia.

Mi madre.

Mi padre.

No son Gbriel y Astaroth.

No son un gran demonio ni un arcángel.

Son una diablesa loca y poderosa y un ángel del montón.

Intento dar un paso hacia él, pero mis piernas ceden y me caigo. Lo último que recuerdo antes de desmayarme es que alguien me coge antes de que llege al suelo y me de un golpe. Luego no recuerdo nada más.

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Estoy en una estación de metro, no es la de Madrid. No estoy en España. Voy con un niño que me dice que es un ángel y que me va a llevar con Gabriel el arcángel y de repente me empuja, caigo.

Oigo mi nombre. Murmullos.

Pero ya es demasiado tarde he sido aplastada por el tren.

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Me despierto sobresaltada. Sudada.

Estoy en mi cama, las mantas se me han caído hacia un lado, aún así, un sudor frío me recorre la espalda y me pega la camiseta al cuerpo..

Me siento bruscamente en la cama.

No estoy sola.

- ¿Estás bien?- Me pregunta una voz peligrosamente suave.

Intento hablar pero no puedo. Asiento con la cabeza.

Se acerca a mi. Se sienta en la cama. Muy cerca de mi, tan cerca que puedo notar su respiración.

- ¿Te acuerdas ya de algo?

Intento decirle que si, que me acuerdo de él, que me acuerdo de todo, pero las palabras siguen sin salir. Asiento otra vez.

Tengo la graganta tan seca que no puedo emitir ningún sonido.

Angelo parece leer mis pensamientos, porque se acerca al escritorio y coge la botella de agua que está encima y me la da.

- Toma bebe un poco.

Agarro la botella con las dos manos por miedo a que se caiga.

Cuando termino de beber agua, dejo la botella en el suelo. Intento aclarar mi mente. Cuento de diez hacia atrás y cuando termino le digo a Angelo:

- Lo recuerdo todo. Llevaba tiempo sintiendo que me faltaba algo, y ahora sé que ese algo eras tú, cada noche desde que cumplí los dieciseis soñaba contigo y ahora por fin estás aquí. Conmigo.