Capítulo 24

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Han pasado cuatro horas desde que Angelo se ha ido y todavía no ha vuelto, me da que tiene una versión bastante distorsionada del tiempo este chaval.

Ah, no, esperad.

Se ha dignado a aparecer.

- Vaya, pero mira quien aparece por la puerta, si es nuestro querido Angelo.

- Jajaja, querida amiga, pero esa sonrisa se te va a borrar de la cara en cuanto te diga a quien vamos a ir a ver mañana a las dos de la tarde. Ah no espera, que ya sabes quien es- me mira con humor.

Le miro con cara de malas pulgas.

- Nergal - gruño más que digo.

- Sí, y esta vez procura no hacerle enfadar, no quiero tenerte tres dias seguidos en la cama, a no ser que sea conmigo.

Yo que estaba mirando fijamente el suelo, al escuchar esa frase levanto la cabeza lentamente con los ojos abiertos como platos y me encuentro con la sonrisa pícara de Angelo, que hace que me tumbe en el sofá y él encima de mi apoyando su peso sobre los codos.

- ¿Qué haces ?-le pregunto con la voz ronca.

Él hace como que no me ha escuchado y me dice en un susurro suave:

- Vistete y ponte guapa.

Se levanta y yo le miro extrañada, pero lo que digo es:

- ¿Más? Imposile.

Angelo se rie.

- Venga que te voy a llevar a cenar.

- Vale, esto cada vez es más raro.

- ¡¿Qué?! No me mires así, no tengo nada de comida.

- ¿Me vas a llevar a cenar?     ¿Cómo una pareja normal?

- Cat, tú y yo jamás seremos una pareja normal, y no es por mi culpa.

- Ah no espera, que todavia es mi culpa que tu seas un demonio y que tengas una... - no acabo la frase, por que todavía no sé lo que somos.

-Novia, venga Cat, animate y dilo, solo son cinco letras. N- O- V-I-A.

Me coge de las mejillas y me hace poner los labios como los de un pez.

- Novia.

- Muy bien, ves como no ha sido tan difícil. Y ahora a vestirte.

- Vale, pero quiero que sepas que yo no soy como esas tías que solias traer a tú casa cada noche, yo no llevo ningún tipo de vestido, ni falda, y mucho menos minifalda, tacones, a y tampoco me pin...

No me deja terminar, pues ya esta agarrandome por los hombros y plantandome un beso.

- ...to- termino la frase que no me habí dejado acabar antes.

- Menos mal que yo sí tengo ropa decente que puedas ponerte y no te detengan por que piensen que vas a robar.

Que amable, el tío este que me he hechado por novio.

- No me voy a poner nada que no sean unos pantalones.

- Ya verás como sí - y tras decirme esto deaparece para volver al rato con un montón de ropa, que todavía tiene las etiquetas puestas.

Lo peor es que me hace probarmelo todo (literalmente me ha obligado.)

- Te odio- le digo antes de desaparecer por la puerta.

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- Cat ¿sales o qué?

- No pienso salir así - le grito desde el cuarto de baño.

- O sales tú o te saco yo.

Lo ha dicho con un tono amenazador y me ha dado miedo así que salgo.

Se queda bastante pensativo (me atrevería a decir impresionado) al verme, pero yo no veo el porque.

Llevo un vestido largo dorado de espalda abierta.

- No pienso llevar esto.

- Pero si estas guapísima.

- Que no.

-Pues nada, pruebate este.

- Esto ya no me desgrada tanto- le digo al salir del baño.

Llevo una blusa roja sin mangas, unos pantalone vaqueros cenidos y unos botines negros.

Angelo me mira con cara de decepción.

- Eres tan terca.

- Pero me quieres- le digo con una sonrisa de superioridad.

Se acerca a mi y me agarra por la cintura (que manía tiene.)

- Porque me ha costado mucho que te pusieras la ropa, que si no te la arrancaba- me dice dandome besos por el cuello.

Yo empiezo a reirme.

- ¿Qué te pasa? intentaba ser sensual, no era mi intención  que te sonara a monólogo.

- Me haces cosquillas.

Me mira un largo rato y me dice:

- Venga que vamos a llegar tarde.

Dos velas para el diablo 2 He vuelto |ACABADA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora