Capítulo 33

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-Vale, creo que quiero que empieces por las buenas.

Nuestros ojos, tan opuestos como nosotros en si, se cruzan durante un segundo, hasta que él, sin previo aviso dice:

-Tus padres están vivos y sé donde están.

Mis ojos se abren como platos al escuchar esas palabras y juro que puedo llorar de felicidad.

Hasta que una idea se me viene a la cabeza.

-¿Cuál es la mala noticia?

Angelo me mira con cara rara, casi de pena, y me doy cuenta de que hubiera sido mejor no preguntar.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal.

-No quieren saber nada  de ti, Cat.



Dos velas para el diablo 2 He vuelto |ACABADA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora