Severus Snape recibe una segunda oportunidad para ser feliz. El Ministro de Magia no está dispuesto a dejarlo libre. La aparición de la Heredera de Merlín pone al Mundo Mágico de cabeza. Nuevos personajes, nuevos villanos y un antiguo personaje regr...
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-Buenos días pocionistas- el erudito principal del reino, Sir Gautier, acababa de hacer acto de presencia en el salón de pociones. -Su majestad no puede acompañarles hoy debido a que tuvo que salir a la comarca sur para arreglar unos asuntos de gran urgencia. En consecuencia yo les explicaré en que consiste la prueba en su representación-
Los magos asintieron.
-Como escucharon en la cena, mañana se celebrará la fiesta del Elypsium. Mañana al atardecer, el sol y la luna unirán sus fuerzas y se encontrarán en su máximo poder, y este poder será utilizado para una ceremonia de purificación, cuyo poder purificador se expandirá por todo el reino. Esta ceremonia es conocida como Elypsium. Para ello, es necesaria una poderosa y complicada poción que lleva su nombre y consiste en la fusión de la Solarius, mejor conocida como la poción del sol y la Lunix, conocida también como poción de la luna. Los ingredientes y sus preparaciones están en estos pergaminos- el mago les entregó un pergamino a cada uno. -Y aquí tienen este libro sobre la ceremonia- les entregó a cada uno un libro. -Recuerden que es su última prueba, el ganador se quedará con el puesto irrevocablemente. Les recomiendo la lectura antes de la práctica. Sin más que decirles me retiro. Con permiso- el erudito tras una inclinación se retiró del lugar.
-Lectura antes de la práctica... Será mejor hacerle caso- comentó el americano sentándose en uno de los bancos del salón. -¿Adónde vas?- preguntó al ver que el pelinegro se dirigía hacia la puerta.
-Buscaré un lugar más cómodo para leer- respondió Snape al cerrar la puerta.
El ojiazul se alzó de hombros y continuó con su lectura.
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En el paseo que habían dado con la reina el día anterior, Severus había visualizado un lugar idóneo para la lectura en los jardines del palacio. Necesitaba un lugar para analizar bien lo que iba a hacer y ese era el lugar perfecto. Estaba leyendo el libro cuando visualizó a lo lejos a Jessica balanceándose en el columpio. Trató de continuar con su lectura pero no podía evitar echar un vistazo a cada rato. Bufó, guardó el libro y el pergamino en su levita y se dirigió hacia ella.
Al llegar, notó que estaba pensativa. Se sentó en el otro columpio.
-¿Le pasa algo?-
La morena no se había percatado de la presencia del mago, al escucharlo se sobresaltó por la sorpresa. Tomó aire para calmarse y le respondió.
-Eh no, no pasa nada-
-¿Segura?-
La joven suspiró.
-No sabe lo cansino que es tener una discusión con una caprichosa en potencia-
-Se equivoca, por supuesto que lo sé. Y qué casualidad que justamente estoy hablando con ella- replicó con sorna.
