El perro y el murciélago

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-¿Qué te dijo la medimaga, Sirius?- preguntó Kingsley al ver al animago salir de la enfermería del ministerio.

-Dice que estoy bien, que necesito descanso nada más y...-

-¡Sirius!-

Al voltear, vieron a Harry correr en dirección a ellos. Padrino e ahijado se dieron un gran abrazo.

-Que grande estás Harry. Se nota que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi.- decía Sirius mientras detallaba con detenimiento al ojiverde.

-Pensaba que... No importa, estás aquí.- Expresó el joven mago, dándole otro abrazo a su padrino.

-Vaya Harry, Kingsley tenía razón. Alcanzarte es toda una hazaña.- Arthur Weasley acababa de llegar, exhausto por la carrera. -Así que es cierto, estás de vuelta- el pelirrojo y el animago se dieron la mano.

-Así es. Al parecer estoy aquí gracias a una joven.-

-¿Joven? ¿Qué joven?- preguntó el pelirrojo.

En ese momento la puerta de la enfermería se abrió nuevamente, dándole paso a Malfoy y a Snape.

-¿Cómo sigue Jessica?- preguntó Kingsley.

-Todavía no ha despertado. Sea lo que sea que hizo, la debilito bastante.- respondió el rubio sentándose en uno de los bancos.

-Te felicito Black, regresas y casi matas a una persona. Típico de ti.- siseó el slytherin.

-Y tú siempre con tus malos chistes ¿no, Quejicus?- replicó el animago.

-Que seas un desastre no es un chiste, es una realidad.-

-Prefiero ser un desastre que un amargado.-

-Cállate perro, ¿será que tanto tiempo sin sacarte a pasear terminó por enloquecerte?- preguntó con sorna

-Cállate Quejicus-

-Cállate tú pulgoso-

-¡Por qué mejor no se callan los dos!- exclamó Kingsley alzando la voz, acabando con la discusión.

-Señor Ministro- llamó una enfermera. Todos dirigieron su atención hacía ella. -Su Excelencia acaba de despertar.-

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La morena abrió los ojos lentamente, tratando de reconocer donde estaba. Casi de inmediato un agradable olor a sándalo inundó su olfato, al buscar se percató que era su ropa la que olía así.

-Avísenle al ministro.- se escuchó a lo lejos.

-¿Cómo se siente Excelencia?- preguntó a lo que la joven reconoció como una medimaga.

-Un poco confundida, pero estoy bien- respondió la morena, recostándose en el espaldar de la camilla. -¿Qué me pasó?-

La cortina que custodiaba su lugar se abrió.

-Qué bueno que ya despertaste. ¿Cómo te sientes?- preguntó Kingsley colocándose a un lado de la camilla.

-Como si un troll me hubiese pasado por encima.- el mago sólo sonrió. -Pero estoy bien. Recuerdo que invoque a La Cailleach, y luego...- la bruja revisó su mano izquierda, la cual ya estaba vendada. -Le di la ofrenda, apareció un hombre, la anciana se fue y... No sé más.-

-No recuerdas porque te desmayaste.-

*Flashback*

-¿Jessica estás bien?- preguntó Kingsley al dirigirse al centro de la sala. La joven no respondió, en ese momento se desvaneció siendo atrapada a tiempo por el castaño.

El comienzo de una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora