Cuentas claras ¿Conservan amistades?

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Grimmauld Place nro.12

-Ginny y Hermione se están tardando mucho ¿no crees?- preguntó Sirius, caminando nervioso de un lado a otro de la biblioteca.

-Se fueron hace media hora, Sirius. ¿O piensas que buscarle una distracción a Snape y al mismo tiempo convencer a Jessica de que venga a hablar contigo es tarea fácil?- expuso Harry con reproche desde uno de los mullidos sillones.

-Sé que no estás de acuerdo con esto, Harry, pero tienes que entenderme. No voy a renunciar a ella sin pelear, es una oportunidad para ser feliz y no voy a perderla así sin más- vociferó determinado el animago sin dejar de pasearse por la estancia.

La puerta se abrió inesperadamente, deteniendo los pasos del castaño y la réplica del ojiverde. Una joven pelirroja entró con una gran sonrisa.

-Lo logré, lo logré- canturreó Ginny al cerrar la puerta.

-¿Qué lograste?- inquirió Sirius al acercársele.

-¡Logré que Jessica accediera a hablar contigo!- exclamó eufórica.

-¿Y dónde está Hermione?- preguntó Harry al ver que su novia regresó sola.

-Pues, alguien tenía que distraer a Snape. Así que ella se unió al pequeño debate que tienen el profesor, Kingsley y mi papá para que no queden sin tema de conversación- respondió la gryffindor con una sonrisa culposa.

-Pobre Herms, se sacrificó por el plan- expresó el ojiazul con lástima mientras se servía un vaso con whisky envejecido de Ogden.

-Así es y por eso no puedes echar a perder esta oportunidad. Recuerda mis recomendaciones y todo saldrá bien en la conversación ¿de acuerdo?- le dijo la pelirroja con seriedad y con los brazos en forma de jarra, mostrando que era digna hija de Molly Weasley a lo que el hombre asintió vigorosamente.

-Será mejor que nos vayamos, en cualquier momento puede llegar- dijo Harry al levantarse del sillón y se acercaba a su novia para ir a la salida. -Buena suerte- le dijo al castaño con una sincera sonrisa.

Ginny abrió la puerta y al salir casi choca con la heredera de Merlín, quien estaba con la mano levantada para tocar la puerta.

-Pasa, te está esperando- le dijo la menor de los Weasley con una gran sonrisa a la morena a la vez que salía, llevándose a su novio casi a rastras.

Al pasar, Jessica se percató que lo dicho por la pelirroja era cierto. El hombre se encontraba sentado en una de las negras butacas que se encontraban cerca de la ardiente chimenea, con un vaso de whisky y con el semblante tenso. Sirius, al mirarla, sonrió y le indicó la butaca que estaba frente a él. Ella solo asintió y tomó asiento.

-No había tenido la oportunidad de agradecerte por haberme salvado la vida y...- el animago suspiró, esto le iba a costar muchísimo decirlo. -Disculparme por lo idiota que fui hace meses atrás, no debí actuar de esa forma ni decir lo que dije-

-No tienes que agradecerme, ni modo que te dejara morir teniendo las habilidades para salvarte- expresó la castaña como si fuera algo lógico. -Y sobre tus disculpas... Las aceptaría si no supiera que no son sinceras-

-¡Por supuesto que mis disculpas son sinceras!-

La morena enarcó una ceja y le dirigió una mirada que claramente le decía "¿Acaso me crees estúpida?"

-Bien, seré sincero- exclamó exasperado y le dio un gran sorbo a su bebida. -Lamento haberme comportado como un idiota contigo ¿está bien? Tú no merecías esa actitud de mi parte. Pero no me voy a disculpar por lo que pasó con Snape, es un imbécil y él si se lo merecía-

El comienzo de una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora