Tutoría

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22 de mayo

Calle La Hilandera

El reloj marcaba las ocho menos diez. Faltaba poco para que el traslador se activara, y Severus Snape todavía se encontraba preparando su equipaje.

"Lleve lo necesario" le había dicho Rosenbaum. Ni que él fuera una persona compulsiva con el equipaje. Bufó. Él siempre llevaba lo necesario. Narcissa le había pedido que incluyera en su equipaje la elegante levita. Según ella, nunca se sabía si se podía presentar una situación que requiriera estar elegante. Una soberana estupidez a su parecer pero... no perdía nada con llevarla.

Vio la hora, y el reloj marcaba las ocho menos dos. Dos minutos más y comenzaría su nuevo viaje. Encogió su equipaje, lo guardó en su levita y terminó de reforzar los encantamientos que resguardaban su casa.

Sonrió ante lo que estaba por venir. Podían decir que su corazón era Gryffindor, pero no por nada fue seleccionado en Slytherin. Debía admitir que tenía curiosidad por saber quiénes eran los otros pocionistas seleccionados, pero no importaba. Demostraría que él era el mejor pocionista, el mejor para el cargo.

Las campanas del reloj comenzaron a sonar anunciando las ocho de la mañana. El dije de la cadena comenzó a iluminarse sintiéndose arrastrado por un túnel para luego casi caer estrepitosamente en una superficie rocosa. Al enfocar mejor la vista, se dio cuenta de que estaba en un bosque.

-¡Damns!- escuchó que exclamaron. Al voltear un hombre de unos 45 años, cabello largo rubio, ojos verdes y bien parecido estaba en el suelo. Severus bufó de disgusto al percatarse de que era Jean Pierre Dupont.

-Yo también me alegro de verte, Snape- ironizó el rubio con molestia.

Luego se escucharon dos apariciones seguidas. Al lado de Dupont, estaba un hombre no menor de 35 años, cabello castaño y ojos color miel al cual reconoció como Fernando de la Rivera, la revelación española de las pociones. Y al frente vio a otro hombre de 63 años, de cabello platinado y ojos azules. Su ya conocido colega americano John Parker.

-¿Severus Snape?- preguntó Parker acercándose al mago.

-Tiempo sin verte John- saludó el pelinegro

-Por todas las brujas de Salem, Severus. Es bueno ver una cara conocida en este lugar- Ambos magos se dieron la mano. -Aunque era de esperarse encontrarte aquí. No nos habíamos visto desde el último congreso ¿me equivoco?-

-Disculpen que interrumpa su animada conversación caballeros- interrumpió el español. -¿Alguno de ustedes sabe en dónde estamos?- preguntó señalando a su alrededor. El americano negó con la cabeza.

-"...aparecerá en el Bosque de Paimpont, Francia"- recordó el slytherin.

-Creo que Dupont podría responder esa pregunta- respondió con una mueca burlona.

El comienzo de una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora