Tristezas Ocultas

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-Buenos días a todos- Saludó Patrick a los presentes. -Hoy es el gran día, hoy puede decidirse una de dos interrogantes: quién será el pocionista guardián o quién se quedará con el segundo puesto para la tercera prueba. Les deseo la mejor de las suertes, y espero que sepan aprovechar al máximo a la que es su última oportunidad- tras una breve inclinación se sentó en su lugar al lado del rey.

El rey se levantó de su trono y con voz altiva comenzó lo que sería su explicación.

-Un pocionista debe estar en la capacidad de preparar todo tipo de pociones. Es por ello que su prueba consistirá en la preparación de un poderoso veneno conocido como El Beso de la Hidra. A diferencia de Arthemius, los ingredientes y su preparación están en su laboratorio. A excepción del ingrediente principal que es su responsabilidad encontrarlo- el monarca mostró una sonrisa al decir esto. -Este ingrediente le brinda el poder que necesita y es uno de los protagonistas de la festividad de hoy. Sus pociones serán presentadas y evaluadas en este salón al atardecer. Sin más que decir, buena suerte caballeros- el rey volvió a sentarse en su trono.

Las puertas se abrieron, revelando a la Heredera de Merlín luciendo un vestido blanco estilo griego de un solo hombro, con cinturón dorado al igual que su sandalias, pendientes y brazalete, y su cabello estaba amarrado en una elegante coleta.

-Una diosa griega acaba de entrar- murmuró el francés, los demás solo asintieron.

Severus solo la miraba de pies a cabeza. Muy a su pesar tenía que darle la razón a Dupont, aquella muchacha era una diosa ante ellos.

"Admite que quisieras que ese vestido se empapara como el anterior" decía una voz burlona en su cabeza.

-Cállate- espetó en su mente.

"Soy tu consciencia, no puedes callarme" seguía burlándose aquella voz.

-Su Majestad- saludó la joven con una reverencia, sacando al pelinegro de su discusión mental.

-Al fin te veo sin esa ropa muggle- exclamó el soberano levantándose de su asiento y acercándose a la chica. -Te ves hermosísima mi princesa- manifestó el rey y, para sorpresa de los pocionistas, la abrazó. -Y pensar que por un descuido de Emerick pasaste un mal momento-

-No fue culpa de él y usted bien lo sabe, fueron... circunstancias inesperadas, además él también pasó un mal momento créame. Cambiando de tema, sinceramente no sé qué problemas tiene con mi ropa- la joven se separó. -¿Acaso le tengo que recordar de dónde provengo?-

-¿Y acaso le tengo que recordar a usted señorita que a pesar de eso, usted es una sangre pura y debe vestirse como tal?-

La joven sólo bufó, Raynor y su arrogancia.

Era conocido en el reino el gran cariño que el rey le tenía a la heredera. Tanto así que ella era para él como la hija que siempre quiso y que nunca pudo tener. Y más aún cuando ella demostró que poseía la habilidad de influir en los cuatro elementos, principalmente en el elemento agua; sólo los herederos a la corona tenían esa acuática habilidad. Y también era conocido en el reino, y para tristeza de las damiselas, que Patrick estaba interesado en ella. Es por ello que últimamente al rey Raynor le estaba rondando una idea para que Jessica fuera oficialmente parte de su familia: desposarla con su heredero. Pero no la aplicaría todavía, esperaría a que la joven se fijara en su hijo y así la unión sería inevitable.

El comienzo de una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora