Mi Gran Amor -Ross Lynch & Tú

Capítulo 19

Narra _____:

De verdad no podía creer lo que mis ojos estaban viendo. El hombre que nos abandonó a mí y a mi hermana estaba parado a solo unos metros de distancia.

Esto no me podía pasar a mí.

-¿______?- una voz me sacó de mis pensamientos.

-¿Qué pasó?- pregunté mirando a Rydel, quién fue la que me sacó de mis pensamientos.

-De pronto te pusiste más blanca que un fantasma, ¿qué pasó?- me miraron preocupadas.

Suspiré y hablé- Él señor de chaqueta negra que está enfrente del mostrador- respiré profundamente- es mi... padre-

Todas voltearon hacia el lugar que les dije y las primeras en mirarme con preocupación fueron Annie y Sabrina, ellas saben todo lo que pasé con él.

-¿Y qué tiene de malo?- preguntó Rydel con total confusión.

Respire profundamente- Te contaré...-

Narra Ross:

Acabamos los chicos y yo de terminar nuestro partido de Hockey.

-Estoy muy cansado- se quejó Ratliff.

-Pronto llegaremos a casa y descansas- lo tranquilizó Rocky.

Fuimos a cambiarnos por una ropa más limpia y después caminamos hacia la camioneta, que era donde cabíamos todos. Después de cómo unos quince minutos llegamos a casa, la verdad es que todos estábamos muy cansados.

Decidimos pedir una pizza, ninguno tenía ganas de ir por algo de comer.

Luego de unos treinta minutos llegó nuestra pizza. Riker le pagó y justo en el momento en que la dejó en la mesa, todos agarramos una rebanada y comimos como locos.
Terminamos de comer y decidimos ver la televisión.

Y ahora que me acuerdo... _____ no me ha hablado en todo el día, solo me respondió el mensaje que le envíe en la mañana.
De seguro ha de estar muy ocupada.

Narra ____:

Le conté a Rydel todo con lujo de detalles y al final me miraba sorprendida.

-Me has dejado sin palabras- aún tenía su cara de sorpresa.

-Lo sé, yo...- me interrumpió una voz.

-¿_____? ¿Hija?- preguntó él.

Mi padre.

Justo cuando lo quería lejos de mí, viene y me habla.

-¿Qué necesitas?- pregunté sin verlo.

-Hablar contigo- contestó con voz dura.

-¿Ahora? ¿En serio? ¿No ves que estoy ocupada en estos momentos? Estoy con mis amigas- reclamé mirándolo.

Se veía diferente, se veía un poco más delgado y traía una barba canosa. Su ropa era más holgada y tenía una mirada triste.

Así no era mi padre, yo lo recuerdo un poco más feliz y bueno, enojón.

-Por favor- me miró insistente.

Suspiré- Está bien- volteé a ver a las chicas- nos disculpan unos minutos-

-Por supuesto- respondió Annie.

-Con permiso- dijo Sabrina y todas se fueron dejándome a solas con mi padre.

-¿Y bien?- pregunté cuándo se sentó al frente mío.

-Como empezar...- susurró para él mismo, pero lo escuché- Todos estos años han sido difíciles para los dos, sé que fui un idiota al irme cuando tú madre sufrió ese accidente. No te culpo si me odias de verdad, pero...- se quebró su voz- ya estoy pagando las consecuencias, me he quedado sin empleo y la mujer con la que vivo ahora está enferma, muy enferma. En estos momentos yo estoy buscando un trabajo para poder comprarle sus medicamentos. Me estoy quedando sin dinero y bueno... podría decir que mis hijas prácticamente me odian-