Capítulo 11

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El rostro de ella se endureció inmediatamente poniéndose rígida. Al ver la expresión de decepción en su rostro, Charlie se levantó para ponerse detrás de Yanira puesto que si seguía mirándola acabaría por besarla. Notaba como especie de conexión, algo que por alguna extraña razón hacia que sintiese un cierto interés hacia ella.

Tras unos largos minutos, él volvió a sentarse aclarándose su voz para proseguir con la charla.

Sus ojos azules se iban intensificando cada vez más debido al efecto que le causaba ella. Tragando saliva, para recuperar su postura Charlie se aclaró de nuevo su voz preguntándole si quería acompañarlo esa noche a cenar.

El cuerpo de ella no tardó en reaccionar. Ocultando ese repentino calor que había notado, quería esconder sus emociones tras una armadura. Respondiéndole tajantemente que no iría.

--Señorita Vera, le vuelvo a formular la pregunta, creo que lo ha entendido mal. ¿Desea acompañarme a cenar, para hablar referente al caso de su hermano?

--Con qué propósito me invita a cenar.

--Siento decirle, sin ofenderle por su puesto. Que usted no es el tipo de mujer con la que pasaría una noche de sexo.

Yanira se quedó atónita ante la respuesta. Ruborizada agachó su cabeza percibiendo un pinchazo en su corazón. Charlie le había quitado de un plumazo sus ilusiones. Mordiéndose su labio, miró de nuevo a Charlie con una mirada triste confirmando que si iría a cenar.

--Discúlpeme señorita Vera, no quería ser tan directo. Tan solo quería hacerle entender que solo será una cena para tratar el caso de Naím, ni se me hubiera pasado por la cabeza llevármela a la cama. Existe el respeto y yo la respeto.

--Y también por que usted no se acostaría con un mujer rellenita e insignificante como yo. Lo entiendo, seguro que a usted no le faltaran mujeres mejores que yo.

--Seño...

--Tranquilo señor Quirma, no es la primera vez que me ocurre. Ya una.. como que acaba acostumbrándose a los desplantes. Dígame la hora y el lugar y allí estaré.

Charlie se quedó observándola preguntándose porque se menospreciaba de esa forma, cuando ella vale mucho. Y si ella supiera que la desea, y que estaría dispuesto a llevársela a su casa, tumbarla en su cama para culminarla de besos y caricias.
Le entregó un papel con la dirección del restaurante y la hora.

--A las ocho estaré en el restaurante. Nos vemos.--Sin decir ni una palabra más Yanira empezó a caminar. Necesitaba estar sola para desquitarse entre sollozos la absurda idea de que algo pudiera pasar entre ella y Charlie.

Tras terminarse de arreglarse, Yanira se miró al espejo, por mucho maquillaje que se ponga no podría tapar el velo de desengaño que había sufrido, por ser tan ilusa y dejarse atrapar por una mirada cómplice y esos besos que la llevaron al séptimo cielo envuelta en los brazos de Alexander. Aquello solo fue un mal sueño una mala acción que no debió pasar. Pensó Yanira.

Al llegar al restaurante Yanira barrió con la mirada en busca de Charlie. Lo vio hablando con un grupo de hombres y mujeres. Ellos trajeados y ellas luciendo ágiles y delgadas figuras con preciosos y caros vestidos, riéndose con sus copas en la mano.

Yanira sonrío a Charlie, a su vez este asintió con su cabeza. Mientras esperaba Yanira a qué Charlie terminará de hablar, se fue a pedir una copa, al ver los precios excesivamente altos, se disculpó con el camero puesto que ella no podía pagar la copa. Volvió a mirar a Charlie que seguía hablando y bromeando con el grupo de gente sin prestarle ninguna atención.

--Disculpe señorita, desea tomar algo o no.--Preguntó el camarero.

--Eh...no...estoy esperando a...--Ni le dió tiempo de terminar la frase cuando el camarero le pidió que abandonara el establecimiento si no iba a consumir.
Ella abochornada se disculpó y se marchó echando un último vistazo a Charlie.

ÁMAME O DÉJAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora