Capítulo 29

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Dos días después Rafael y Olga se presentaron en casa de su hijo para hablar con Yanira. Nuria, la asistenta les dijo que Yanira se encontraba fuera de casa, concretamente en el hospital.
Tras pensarlo unos minutos, Rafael y Olga se despidieron de Nuria y se marcharon hacia el hospital.

Durante el trayecto, Rafael y Olga se hacían la misma pregunta. ¿Les dejará Yanira conocer a su nieto?

Al llegar al hospital, Rafael y Olga se dirigieron a la planta de maternidad.
Una vez allí preguntaron por Yanira Vera. Una enfermera comprobó en el ordenador los datos de la paciente.
Minutos después les dijo que hace una hora que le habían dado el alta a ella y su bebé.

Abatida, Olga miró a su marido en busca de alguna solución pero tan sólo pudo encontrar silencio y un leve llanto de pensar que nunca llegarán a conocer a su nieto.

Nada más llegar a la que fue su casa en brazos de su hijo, Yanira habló con sus hermanos referente a marcharse de la ciudad. Había entendido con la marcha de Alexander que no puede atarlo a ella puesto que no es su responsabilidad, sino la de ella continuar sola con su lucha de sacar adelante a su familia.

--Yanira piénsalo por favor. Si no quieres volver a tu casa, quedémonos aquí. --Le pidió Naim a su hermana intentando convencerla de no irse.

--Ya lo he pensado y no voy a cambiar de idea. Nos vamos y punto.

--¿Y dónde vamos a ir Yanira?--Preguntó Yasmina mientras cogía a su sobrino en brazos.

--A una casa que compró Charlie cuando nos casemos, está fuera de la ciudad en un pueblo muy tranquilo y a la vez cerca de la ciudad. Allí podréis seguir estudiando y yo trabajar.

--¿Estas segura Yanira?

--Sí. De todas formas aunque Alexander me haya prometido que sus padres no harán nada en mi contra no me fío ni un pelo. Además pienso que debemos empezar desde cero y continuar con nuestras vidas.

Tanto Yasmina como Naim abrazaron a su hermana brindándole su apoyo. No duraron ni un segundo a la hora de empaquetar sus cosas para comenzar sus nuevas vidas permaneciendo al lado de su hermana.

Días después, el camión de la mudanza llegó llevándose las pocas pertenencias que disponían.
Antes de cerrar la puerta, Yanira echó un último vistazo a su hogar. El hogar donde nació, donde compartió momentos bonitos con sus padres, algunos amargos y otros dulces en compañía de Charlie.
Charlie, su amor se había marchado dejándola sola con sus recuerdos y con su bebé para no olvidarlo nunca y tener siempre su recuerdo presente.

Agarró la foto que se echaron juntos el día de su boda apretándola contra su pecho dejando que su lamento salía a la superficie pronunciando su nombre. «Charlie, me amaste y me dejaste» Pronunciaba Yanira sintiendo como su pena no desaparece aunque quisiera hacerse la fuerte, acababa derrumbándose.

Al cerrar la puerta Yanira miró hacia el cielo buscando entre esas nubes y el color azul alguna señal que le dijese que todo estaría bien.

Montados en el coche y con su hijo en brazos, Yanira pidió al conductor del taxi que parase en una dirección.
Al llegar a la mansión de los Arasi, un nudo empezó formándose en el estómago de Yanira.
Tomó bocanadas de aire antes de continuar por el pasillo que la conduciría hasta la puerta principal de la mansión.

Tocó y la puerta y minutos después salió el ama de llaves de la mansión. Yanira pidió que si la podían recibir los señores Arasi.
El ama de llaves hizo un gesto con la cabeza y le pidió que le acompañase.

Al llegar al gran salón, Rafael y Olga miraron sorprendidos a Yanira con su bebé en brazos.
Rafael fue el primero en levantarse hacia donde se encontraba Yanira con sus ojos rajaos en agua Rafael le pidió perdón a Yanira.

--No estoy aquí por mí señor Arasi. El motivo por el cual me he presentado, es para que conozcan a Ángel, el hijo de Charlie y mío.

--Siéntate por favor Yanira, estarás cansada. Ven querida.

--Estoy bien señora. Alexander me habló diciéndome que deseaban conocer a su nieto, tomad podéis cogerlo. --Olga cogió entre sus brazos al pequeño sin poder dejar de llorar de la emoción de agarrar a su nieto y ante el acto de bondad por parte de Yanira.

--Yanira, sentimos mucho todo el daño que te causemos y lamentamos haber pensado mal de ti. Esperamos que algún día nos puedas perdonar.

--Señor Arasi, Dios está en los cielos y él es que os tendrá que perdonar por vuestros actos. Yo he venido para que conozcan a mi hijo puesto que como usted me dijo, me aparto de vuestras vidas.

--No Yanira, no lo hagas por favor. Te juro que no haré nada en tú contra, quédate con todo lo que te corresponde de la herencia de mi hijo.

--Gracias por el detalle señor Arasi, pero en ocasiones las palabras son como flechas que nos traspasan causando mucho dolor. Cada palabra es una herida y un recuerdo que difícil se puede olvidar. Yo me marcho lejos con mi familia para comenzar una nueva vida.

--Yanira, no lo hagas por favor, sentimientos mucho todo el daño que te hicimos, sabemos que te juzguemos mal y nunca escuchemos a Charlie cuando nos decía lo buena persona que eres. Perdonamos te lo suplico.

--Por mi hijo están perdonados, por mi están olvidados.

Olga entregó envuelta de lágrimas el bebé a Yanira. Ni Olga y Rafael pudieron detenerla para que se quedase. Yanira se despidió de ellos comenzando a caminar hasta el taxi que la esperaba a fuera.

Una vez dentro del taxi, Yanira miró por última vez aquella casa dejando caer sus gotas recordando lo malos tratos que tuvo que pasar por culpa de los padres de Charlie.

La última parada que hizo Yanira fue en la tumba de Charlie.
Arrodillada ante su lápida lloraba pidiéndole que le dé fuerzas para poder sobrellevar su vida sin él.
Rota de dolor dejó una rosa y una foto de su pequeño encima de la lápida con una nota escrita:
«Ámame o Déjame»

CO

ÁMAME O DÉJAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora