Capítulo 21

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Sus lágrimas rodaban por sus mejillas a la vez que sostenía su cabeza entre sus manos pesando en todo lo que le había sucedido en tan poco tiempo. Primero el embarazo de Yasmina, después la ruptura de su relación con Charlie, finalizando, la despiden del trabajo. ¿Acaso le pueden ocurrir tantas desgracias a una persona en tan poco tiempo?

Al escuchar la puerta cerrarse, Yanira quiso recomponerse algo para que sus hermanos no se preocupasen por ella. Pero fue incapaz de moverse debido a la flojedad de su cuerpo.

--Yanira hermanita ¿qué te ocurre?--Preguntaba Naim mientras tomaba asiento al lado de su hermana agarrándole la mano al mismo.

--Naim, ya no puedo más, ya no puedo más.--Las palabras se iban disolviendo entre sus lágrimas delimitando su energía.

Naím abrazó a su hermana intentando averiguar qué le ocurría. Cuando Yanira se recompuso un poco, le contó lo sucedido. Naím se quedó sorprendido, sin duda la mala suerte no se iba de sus vidas.

Al momento llegó Yasmina con su cabeza gacha y sus ojos llorosos. Tomó asiento junto con sus hermanos empezando a desahogarse.
El día en el instituto no había sido para nada fácil. Sus compañeros murmuraban en los pasillos, incluso los más atrevidos se daban el lujo de hacer cualquier comentario acerca de su embarazo y la relación con su profesor.

--Yasmina, la gente es muy cruel en ocasiones, pero si quieres seguir mi consejo; nunca te vengas abajo, siempre con tú cabeza alta. Porque contra más decaída estés menos lástima das. Te lo digo por experiencia.

--Naím me siento tan avergonzada, que quisiera ser una tortuga para poder esconderme y no salir nunca de mi caparazón.

--Yasmina, Naím lleva razón. No ha estado bien lo que has hecho, pero tampoco deseo verte hundida. Entre todos si ponemos de nuestra parte seguro saldremos adelante.

--Yanira te vas a ir ha dar consejos donde yo te avise. Pero si tú lo estás pasando peor. Anda ven dame vuestra mano y salgamos a pasear, encerrados lamentándonos no vamos a conseguir nada.

Seguidamente los tres hermanos se marcharon hacia un parque, respirar el aire puro no les vendría más. Al anochecer y tras haber mantenido media hora de discusión con sus hermanas. Ganó la cabezonería de Naím donde las llevó hacia un lugar. Concretamente el KWL. Un lugar donde la gente apostaba para ver peleas. Naim ya conocía el lugar y no le resultó muy difícil entrar y convencer al vigilante para que dejara entrar a sus hermanas.

En aquel lugar sólo se veían gente rica e importante, mujeres con vestimenta provocativa y taquillas para hacer apuestas. Aquel lugar parecía sacado de un doblaje de una película de boxeo.

Agarradas de su mano Yanira y Yasmina tomaron asiento en unas de las butacas para presenciar la pelea que tendría Naím con otros hombres.

El combate dió comienzo, tanto como el miedo que se había fliltrado por las venas de Yanira.
Naím se encontraba peleando contra un hombre más corpulento que él, a pesar de su altura y su musculatura, Naím no tuvo problemas para derribarlo. A pesar de su juventud, Naím llevaba la ventaja de manejar mucha fuerza y sus movimientos eran hábiles y rápidos. Lo que le permitía ser más rápido que su contrincante atando el primero.
Después de esa pelea Naím tuvo otra más, en esa no salió bien parado, aún así aprovechó la seguridad que mantenía su contrincante y en un descuido Naim le golpeó por detrás a su contrincante que se hayaba desprevenido golpeándolo hasta derribarlo.

Tres horas más tarde, con su cuerpo magullado y un puñado de billetes en el bolsillo caminaba Naím agarrado por sus hermanas hacia su casa.

Al llegar a su casa, Yanira empezó a regañar a su hermano.

ÁMAME O DÉJAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora