Capítulo 27

2.5K 295 20
                                    

La habitación era triste tanto como el ambiente que se respiraba. Yanira tomó asiento en el borde de la ventana mirando hacia las estrellas, puesto que de alguna manera quería encontrar en alguna de esas brillantes estrellas la fuerza que necesita para seguir adelante y calmar el sufrimiento que la ahoga día tras día. Su mano fue a parar a su vientre, su bebé empezaba a moverse dentro de ella. Aquella sensación la llenaba de felicidad, aún así pensar en Charlie la llenaba de aflicción quebrantado todas sus ilusiones.

Nada más despertar, Charlie miró a Yanira esbozando una sonrisa ocultando esos dolores molestos.

--Buenos días mi linda.

--Hola mi amor. ¿Has dormido bien?

--Siempre que estés a mi lado, sí.--Charlie miró el rostro de su mujer, empezándose a notar las ojeras y el cansancio empezaba a salir a la superficie.

--Yanira, ve a casa y descansa. Yo estoy bien. Necesitas dormir algo.

--No te preocupes, hoy nos dan el alta. Ya podré descansar en casa. --Yanira besó a su marido mirándolo a esos ojos azules que tanto le gusta. En ese momento pasaron los padres de Charlie. Como ya era habitual Olga no le dirigió la palabra a Yanira, tomó una silla y se sentó junto a su hijo iniciando una conversación que no le agradó a Yanira. Olga quería llevarse su hijo a su casa para que lo cuidase una enfermera.

Charlie inmediatamente se enfadó.
--No madre, yo tengo mi casa e iré allí. Puesto que mi mujer me cuidará mejor que una enfermera.

--Hijo, razona un poco, tú mujer se cansará de cuidarte.

--Hable por ti Olga. --Intervino Yanira encrespada.

--Hijo, ven a casa, allí podrás estar mejor asistido y no te faltará de nada.

--Mi marido se viene a mi casa y allí lo cuidaré, sin necesidad de una enfermera.

--Ay querida no seas ilusa. Lo primero tú no tienes casa. Es de mi hijo. Y lo segundo, no sabes ni cuidar de tú familia, como para que cuides de mi hijo. Ni loca consentiría que cuidases a mi hijo.

--Madre, callase. Yanira es mi esposa y todo lo mío es suyo. Y sé perfectamente que ella me cuidará mejor que una enfermera, puesto que el amor que da, eso no me lo proporciona una enfermera.

--Ni hablar. He dicho que te vienes a casa y te vienes.

--Madre, haga el favor de morderse la lengua y dejar a mi hermano en paz con su mujer. Además Charlie lleva razón, ¿quien va cuidarlo mejor que una persona que le ama?
Yanira, no te preocupes, mi hermano irá a vuestra casa y yo mismo me encargaré que todo esté listo para la comodidad de los dos. --Yanira agradeció el apoyo de Alexander, sin duda era el único que le mostraba un poco de cariño en esa familia. Desde su posición Charlie miró a su hermano respirando más aliviado, puesto que sabía que Alexander cuidará de su mujer como él lo hubiera echo.

Los días iban transcurriendo, cada día era todo un reto. Cada mañana Yanira miraba al cielo dando gracias por tener de nuevo a su marido a su lado, sin embargo no podía afligirse cada vez más sabiendo que cada día se encontraba peor. Su vida se iba apagando y en su vientre crecía su bebé. Sólo le quedaba rezar para que Charlie tuviera la oportunidad de ver a su hijo, a pesar de que las esperanzas eran insuficientes.

ÁMAME O DÉJAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora